Luego que el gobierno le pidiera la renuncia, el ex director del Museo Histórico Nacional, Pablo Andrade, salió a enfrentar la polémica por la exposición denominada “Hijos de la Libertad: 200 años de Independencia”, donde apareció la figura de Augusto Pinochet.
En ella, el fallecido ex dictador aparecía ubicado a un costado de los ex presidentes Salvador Allende y Michelle Bachelet. "La gesta del 11 de septiembre incorporó a Chile en la heroica lucha contra la dictadura marxista de los pueblos amantes de su libertad", se añadía al lado de la imagen de Pinochet.
Una situación que el gobierno lamentó, señalando que "resulta inadmisible la forma y la selección de la cita escogida que ha causado, con justa razón, tanta controversia".
En una declaración pública, Andrade señala que "lamento profundamente que la lectura parcial de esta muestra, cuyo objetivo era propiciar una discusión crítica sobre nuestra historia, haya podido generar daño, molestia u ofensas".
"Durante mi gestión como director del Museo Histórico Nacional, he considerado esencial impulsar la deliberación democrática, el debate y la reflexión respetuosa. Esta muestra fue producto de este empeño por cumplir la misión del museo", aseguró.
El renunciado director agregó que "la figura del dictador Augusto Pinochet es una herida profunda para los chilenos y chilenas y, por lo mismo, no es posible desconocerla ni pretender borrarla de nuestro
pasado. Lo que corresponde es evaluarla a la luz de los antecedentes históricos y criticarla en sus distintas dimensiones, incluida la apropiación contradictoria que hizo del concepto de libertad".
Andrade aseguró que "en ningún caso la muestra 'Hijos de la libertad' ha pretendido elevar la dictadura cívico militar a la categoría de gesta libertaria".
"La exposición es un relato compuesto de diversos elementos narrativos, cada uno de los cuales participa de un guion, cuya finalidad es contraponer discursos y conceptos sobre la libertad – a veces altamente discutibles –, que han permeado nuestra memoria histórica", añadió.
Y es que para el ex director, el cierre de la muestra "ha privado" la la sociedad de la "oportunidad" de tener un debate "abierto y racional sobre su pasado".
"Es grave, y tristemente paradójico, que se censure una presentación histórica sobre el concepto de libertad, y sólo se entregue a la opinión pública un relato sesgado, construido a partir de un fragmento mínimo de la exposición", afirmó.
El saliente director del museo destacó su gestión en el recinto y finalizó su declaración señalando que "ningún país puede pretender borrar su pasado de la historia, hacerlo desaparecer por incómodo, adaptarlo a los intereses del presente, sin correr el riesgo de convertirse en una sociedad totalitaria e incapaz de superar sus traumas".