Liguria de Pedro de Valdivia baja el telón: “Producto de la inseguridad la gente cambió su comportamiento de consumo”, dice Marcelo Cicali
Cambio de giro. A muchos peatones les llamó la atención que el Liguria de Pedro de Valdivia mostraba su fachada cerrada. Y cuando Marcelo Cicali, el dueño, puso en su Instagram la imagen de un chanchito de plástico con anteojos negros y una mochila, como yéndose a otra parte, con música de José Luis Perales, cundió la tristeza entre sus clientes.
- “Qué pena más grande, décadas gozando en el Liguria de P. de Valdivia. Gracias por tan lindos recuerdos”, posteó una persona, reflejando el ánimo común de los 85 comentarios. El local sigue cerrado, pero como explica Marcelo Cicali es el fin de un ciclo. Espera volver a abrir en unas dos semanas con un nuevo enfoque totalmente distinto, probablemente vegetariano.
Inicios. Aun así, el cierre del restaurante representa el fin de una era. Marcó época en la bohemia santiaguina. Músicos, políticos, abogados, periodistas y escritores eran clientes habituales. De hecho, cuando el local de Pedro de Valdivia se extendió en 2011, estaban Los Bunkers e improvisaron canciones junto con Álvaro Díaz, quien hizo una versión de Hotel California inolvidable. También tocaron Parquímetro y Cuturrufo.
- El primer Bar Liguria abrió sus puertas el 10 de agosto de 1990 en Avenida Providencia 2682, cerca de Tobalaba, justo al lado de la tradicional perfumería Monix y debajo de la antigua Radio Minería.
- El Liguria Pedro de Valdivia, en el número 047, partió el 2001. “Un bar pequeño, cariñoso y al lado del Teatro Oriente. Con la misma carta que el resto de los Liguria”, cuenta el dueño, Marcelo Cicali. “Con el tiempo se empezó a hacer chico y el 2011 se agranda al local de al lado. El día que abrió más grande lo hicimos con un almuerzo con amigos”.
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Tres décadas. Los hermanos Juan Pablo y Marcelo Cicali son los fundadores de los Liguria hace 34 años. En la declaración de principios que aparece en su página web explican: “No somos el mismo boliche que abrió en 1990 tímidamente en avenida Providencia con Tobalaba, ofreciendo borgoñas y mechadas, porque todo cambia, todo se construye y revitaliza a través de los años”.
- “No prometemos ni lo mejor, ni la última tendencia… También creemos en un Chile nuevo y distinto, más inclusivo, tolerante y acogedor”.
- Animador de un programa en Mega, Marcelo Cicali tiene relaciones transversales. Cercano a la ex Presidenta Michelle Bachelet -a quien apoyó en anteriores campañas-, ha elogiado el trabajo de la alcaldesa Evelyn Matthei en Providencia.
La crisis. Como a todo el rubro gastronómico, la pandemia y el estallido fueron un duro golpe para los Cicali, que habían hecho una alta inversión en el local de Lastarria, que sigue abierto en Merced 298. Además sobreviven los restaurantes de Providencia 1353 y Avenida Luis Thayer Ojeda 019.
- “El tema de la pandemia y el estallido ya pasó”, dice Marcelo Cicali. “Fue fuerte. Cerraron muchos restaurantes. Los que optamos por mantenernos tuvimos que endeudarnos. Y eso, claro, significa una mochila financiera muy grande en el ejercicio mensual y anual. Pero, bueno, yo veo un panorama muy entretenido, veo nuevos barrios, nuevos bares que no están con esa carga que nos tocó transitar en la pandemia y el estallido. Veo una nueva generación de emprendedores en el rubro gastronómico que hacen que haya una oferta muy variada, muy potente”.
- Cicali reconoce que un problema extendido es que los locales cierran muy temprano. “Nos falta un poco más de noche. Producto de la inseguridad en Santiago y en Chile, la gente cambió sus comportamientos de consumo y sus horarios”.
- “Entonces el cliente se va a la casa más temprano, ya no hay la noche que nos gustaba, pero creo que todo se está rearmando. Veo una industria fuerte, diversa y con una generación nueva de emprendedores y de restaurantes, boliches que son una sorpresa. Y soy optimista. En los últimos años, producto del estallido y de la pandemia, la gente estuvo muy encerrada. Pero ya no es así. Por eso creo que ha bajado mucho el delivery y subió la presencia de las personas en los restaurantes”.
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Auge. En sus mejores momentos, los Liguria vendían varios millones de dólares al año. “En 2013 fueron 8,3 millones dólares. En cuanto a lo que entrega cada local, el de Manuel Montt representa el 46% de las ventas, Thayer Ojeda, el 31% y Pedro de Valdivia, el 23%”, decía Juan Pablo Cicali.
- En el Liguria llegaron a trabajar 224 personas, todas con contrato. El sueldo de un garzón, sumando fijo y variable, iba de 800 mil pesos a 1.200.000 de pesos al mes, según afirmaron los hermanos Cicali en julio de 2014 en Revista Capital.
- Tan reconocible como su comida, la ambientación de cada local del Bar Liguria tiene un sello particular. A cargo de El Bazar de la Fortuna, reúne elementos de la cultura popular chilena del pasado y presente, fotos de cine y fútbol.
- Marcelo Cicali explica: “El tránsito por la pandemia y el estallido, obligó a muchos restauranteros a pensar mejor la oferta. A pensar mejor tu estructura interna. A seducir mejor a los clientes, a ser mucho más competitivo. Me removió, claro. Nos pateó la jaula a todos. Y eso te rejuvenece. Al final te obliga a pensar. Yo así lo he vivido y veo un futuro bueno en la gastronomía chilena”.