En el año 2021, luego de los años más álgidos de la pandemia, en Estados Unidos se vivió un fenómeno denominado “la gran renuncia”, con una ola de trabajadores renunciando a sus empleos, y que se replicó luego a nivel global incluyendo a Latinoamérica.
El cambio de mentalidad que trajo la pandemia del COVID-19 en el mundo del trabajo también cambió la forma de concebir las dinámicas propias de las oficinas, empresas, industrias, etc., además de añadir nuevos elementos a considerar a la hora de elegir un puesto, o dejarlo.
En ese contexto, la empresa de recursos humanos Adecco Chile realizó una encuesta a más de dos mil trabajadores a nivel nacional para identificar los principales motivos por los que los chilenos renunciarían a su empleo. Los resultados evidenciaron que el 33% de los encuestados dejaría su trabajo porque no potencian sus habilidades o competencias, mientras que un 31% lo haría por falta de proyección en la empresa.
Según la misma investigación de Adecco, un 24% de los chilenos dejaría su empleo a causa de liderazgos poco cercanos o inspiradores, y un 13% de los encuestados lo haría por no sentir identificación con la cultura y valores de la organización, hallazgos que imponen una nueva meta tanto a las jefaturas como al ecosistema empresarial.
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“Un mal jefe puede ser uno de los factores principales para renunciar a un trabajo, la otra cara de la moneda, es que hay empleados que deciden permanecer en una compañía por la buena relación que tienen con su líder”, señala la ejecutiva de Adecco Chile.
La directora de Recursos Humanos de Adecco, Soledad Morel, señaló que “los colaboradores no solo buscan una buena remuneración, sino que sentirse parte de la empresa y ver que el trabajo que realizan es valorado por sus empleadores. A su vez, cuanto mayor sea el grado de formación y preparación del personal, más alto será su nivel de productividad, tanto cualitativa como cuantitativamente”.