Augusto Pinochet es uno de los personajes más controversiales de la historia de Chile, especialmente cuando se cumplen 50 años del golpe de Estado de 1973, en el que participó y que significó la instalación de la dictadura cívico-militar que gobernó al país los siguientes 17 años.
Una vez que perdió el plebiscito que puso fin a la dictadura, Pinochet otorgó algunas entrevistas como fue la que concedió a las periodistas Elizabeth Subercaseaux y Raquel Correa.
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En conversación con El País Chile, la escritora y periodista chilena contó cómo fue aquel momento, y aseguró que se ponía particularmente furioso cuando le preguntaban por los derechos humanos.
“Golpeaba en la mesa y volvía a decir que estábamos en guerra, etcétera. Pinochet tenía los ojos azules y cuando le ponías el tema de los Derechos Humanos se le endurecían todos los nervios del cuello, se ponía como rojo y los ojos se le tornaban amarillos”, relató.
La amante de Pinochet
Subercaseaux lo definió como un “gran mentiroso” con los reporteros y “caballeroso” con las mujeres, aunque lo que lo descolocó fue cuando se le preguntó por su amante.
“Le preguntamos por su amante. Ahí se puso a llorar. Por eso digo que era una persona más o menos compleja”, aseguró la periodista.
“Si me hubieras dicho antes de ese día que se iba a poner a llorar, habría creído que te volviste loca. Obviamente él amó a esa mujer, Piedad Noé”, añadió.
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Noé era una pianista ecuatoriana que Pinochet conoció cuando era profesor de la Academia de Guerra en Quito, entre 1956 y 1959.
Pese a que Pinochet ya estaba casado con Lucía Hiriart en aquel momento, estableció una relación con la mujer, que lo habría marcado para el resto de su vida.