Una adulta mayor de 87 años se fracturó la cadera hace casi 20 días en La Serena, región de Coquimbo. A casi un mes del incidente, se mantiene hospitalizada y aún espera la operación. Sus familiares denuncian negligencia.
Todo partió a comienzos de septiembre, luego de un casual y desafortunado incidente en la calle.
"Tiene la cadera quebrada desde el 5 de septiembre, cuando fue botada por una persona acá en La Serena. Ella andaba paseando y cuando se devolvía para la casa, una señora la empujó. Ella tiene 87 años y, por lo tanto, cayó tres metros de donde estaba. Se fracturó la cadera", señaló su hijo.
Visitas diarias y a distintas horas. Episodios en los que el hijo asegura haber advertido situaciones indignantes.
Nuevo caso de maltrato animal en Punta Arenas: Mataron a perro a balazos
Es que en un video captado por el propio hijo de la víctima denuncia que en su habitación del hospital no tiene botón para llamar a personal médico ante cualquier emergencia.
"Le tuve que colocar la chata yo, porque las enfermeras no están o no hacen caso. Es una falta de humanidad tremenda la que estamos pasando", reclama.
Pero la mayor preocupación de este hijo es otra: las semanas que su madre lleva soportando el dolor en su cadera, sin que llegue la esperada cirugía.
"Necesitamos que la atiendan pronto, que la operen pronto. El dolor que está sintiendo es mucho", alegó el hijo de la víctima.
Una espera que se está volviendo insoportable para esta familia.
Comunicado del Hospital San Pablo de Coquimbo
Desde el recinto médico emitieron una declaración pública por la situación de la adulta mayor.
Iban en un auto blindado y aun así les robaron: A balazos provocaron choque
"Debido a su edad, antecedentes y comorbilidades, es que se ha requerido una atención integral y especializada por parte de nuestros equipos médicos, quienes han seguido los protocolos de seguridad establecidos para completar la pauta pre anestésica", señalaron.
El Hospital San Pablo también informó que doña Yolanda ya se encuentra en tabla para ser sometida a Cirugía el próximo martes.
Una espera que comenzaría a llegar su fin. La ilusión de recuperar la cotidianidad y la autonomía, de la que hace pocas semanas disfrutaba.
