Efecto coronavirus: pobreza en Chile podría llegar a los dos dígitos durante este año
Efecto coronavirus: pobreza en Chile podría llegar a los dos dígitos durante este año
Entre las diferentes consecuencias causadas por la pandemia del coronavirus en el mundo y específicamente en Chile, según un reciente informe entregado por la Cepal, la pobreza tendrá un aumento que llegará a los dos dígitos a nivel nacional.
De acuerdo con el organismo, este fenómeno se observará en toda Latinoamérica alcanzando un nivel del 35,5% en 2020 en el peor de los escenarios. Mientras que en el caso de Chile, esta cifra pasaría del 9,8% al 13,7%.
Asimismo, el reporte asegura que la crisis sanitaria ocurre “en un contexto de bajo crecimiento y, sobre todo, de alta desigualdad y vulnerabilidad, en el que se observan tendencias crecientes en la pobreza y pobreza extrema, un debilitamiento de la cohesión social y manifestaciones de descontento popular”, en la región de América Latina.
Lo anterior se condice con el estallido social que se registró a partir de octubre en nuestro país y que debilitó la economía, presentando un escenario ya negativo al momento de enfrentar al COVID-19. Por ello, la Cepal estima que en el más optimista de los casos, la pobreza en Chile llegaría al 11,9% durante este año.
Pero a nivel latinoamericano, el país enfrenta una situación más favorable después de Uruguay (cuya cifra llegaría al 5,7%), ya que en el caso de Nicaragua, Guatemala y Honduras, el nivel de pobreza podría superar el 50%; y Argentina, tendría un aumento desde el 26,7% al 35,3% este 2020.
La pobreza extrema, por su parte, en Chile tendría un alza desde el 1,4% al 2,6%.
Finalmente, el organismo hizo un llamado a adoptar "medidas de protección social de corto, mediano y largo plazo para enfrentar los efectos de la pandemia", las que "deben considerar el bienestar de toda la población, especialmente el de los grupos que experimentan múltiples formas de exclusión y sufren más agudamente los impactos de la crisis”.
Entre las medidas, la Cepal estima que los gobiernos deben garantizar "transferencias monetarias temporales para satisfacer necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares".
