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U. de Chile y U. Católica proponen al Mineduc currículum de emergencia por dos años

U. de Chile y U. Católica proponen al Mineduc currículum de emergencia por dos años
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Un documento elaborado por expertos en educación de la U. de Chile y la U. Católica contiene una serie de recomendaciones para enfrentar el impacto de la crisis sanitaria en el sistema educacional, medidas que están enfocadas en el bienestar emocional de las comunidades educativas.

Hace casi dos meses que 3,6 millones de estudiantes han dejado de asistir a los establecimientos educacionales en todo el país, como una medida del Ministerio de Educación para mitigar los contagios de la pandemia mundial que vivimos a propósito del COVID-19. 

Un escenario que complica al sistema educativo completo y que presiona, a su vez, a las comunidades educativas: profesores, directivos, estudiantes, apoderados y familias.

Para apoyar esta etapa y las que vienen, con el retorno a los colegios, académicos, académicas e investigadores del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile y de la Facultad de Educación de la Universidad Católica realizaron un informe que propone una serie de medidas para apoyar dicho proceso: currículum de emergencia hasta el 2021, evitar repitencias y la suspensión del Simce, entre otras recomendaciones.

El documento de 38 páginas, entregado el 24 de abril al Mineduc, fue coordinado por la directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile, Alejandra Mizala; y por la académica de la Facultad de Educación de la U. Católica, Magdalena Claro. Contó además con la colaboración de 27 académicos e investigadores de otras universidades y centros de estudios, como el CIAE de la U. de Chile y el CEPPE UC.

Según Alejandra Mizala, directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación y del CIAE de la U. de Chile, y coordinadora de este trabajo, el informe "llama a abordar el complejo proceso educacional en esta situación de emergencia con una perspectiva a corto, mediano y largo plazo, teniendo como centro el bienestar socioemocional de familias, estudiantes y docentes. En ese sentido, este periodo puede ser una oportunidad para potenciar el aprendizaje en otros formatos que permitan aprendizajes significativos y una oportunidad para desarrollar habilidades clave de las asignaturas (y no sólo contenidos) con las cuales nuestro sistema escolar está en deuda".

En estos momentos, millones de estudiantes y sus familias tratan de lidiar con el teletrabajo más las tareas a distancia que les piden los establecimientos. Sin embargo, este escenario es diferente para todas las familias dado la desigualdad de acceso a internet y diferencias socio económicas que existen a lo largo del país. Es por esto que el documento concentra una serie de medidas para el apoyo a las comunidades escolares en el contexto de pandemia, ante las condiciones de aislamiento y frente a un posible retorno a clases presenciales.

"El foco principal de estas propuestas es resguardar el bienestar socio emocional de los estudiantes, familia y docentes. Este documento aporta criterios para abordar este objetivo, lo que implica un trabajo directo orientado a la contención y desarrollo socio emocional vinculado a los aspectos de esta pandemia para evitar -sobre todo- que se amplíen las brechas educativas ya existentes", dice Magdalena Claro, académica de la Facultad de Educación de la UC y coordinadora del informe.

Algunas recomendaciones son:

  • Definir un currículo de emergencia válido por 2 años que priorice los objetivos de aprendizaje esenciales, centrado en la formación integral y habilidades clave de los estudiantes.
  • Flexibilizar las evaluaciones y promover evaluaciones formativas, considerando la formación socioemocional de los estudiantes.
  • Recalendarizar el SIMCE para fines del 2021. En su reemplazo, extender la Evaluación Progresiva como instrumento de diagnóstico de los aprendizajes.
  • Diseñar un mecanismo de continuidad de pago de subvenciones ante potencial disminución de asistencia después de la reapertura. Ese mecanismo podría considerar un piso mínimo de pago para evitar desfinanciamiento, combinado con promedio histórico de asistencia sobre ese piso.
  • Focalizar el esfuerzo de educación remota en las comunidades escolares más desventajadas; dar prioridad a los recursos pedagógicos más accesibles, como son los textos escolares, y promover la difusión de contenidos educativos en radio y televisión, indicando la relación del contenido con los objetivos de aprendizaje y objetivos transversales de las distintas asignaturas del currículum. Además, apoyar el desarrollo de capacidades de docentes y directivos para organizar e impartir enseñanza de manera remota.

En relación al bienestar de las comunidades escolares se presentan recomendaciones en 3 niveles con un enfoque piramidal para evitar colapsar el sistema:

  • Un primer nivel de promoción universal que busca mantener y fortalecer comunidades escolares con foco en el bienestar de estudiantes y profesores; identificar escuelas, cursos y estudiantes en riesgo psicosocial, de deserción escolar y problemas salud mental; y formar a directivos, profesores, profesionales de apoyo y asistentes de la educación. 
  • Un segundo nivel de apoyo focalizado, redistribuyendo recursos y servicios de apoyo escolar, psicopedagógico y psicosocial a escuelas, cursos y estudiantes en riesgo, se trata de atención y acogida no especializada a grupos/estudiantes en riesgo identificados en el nivel 1.
  • Un tercer nivel que considera atención individual, activando las redes de atención individual especializada en apoyo escolar y salud mental.

 

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