En completo silencio llegaron este miércoles los dueños del grupo Penta, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín a nueva audiencia en la que serán formalizados en el 8º Juzgado de Garantía.
Esta vez, a los empresarios se les reformalizó por presunta de evasión tributaria por la compra de vehículos para uso personal por intermedio de la sociedad de inversiones Pacífico, que según testigos habría sido utilizada para evadir impuestos por $97 millones en los procesos de compra.
Entre 2005 2013, detalló el Servicio de Impuestos Internos cuando presentó su querella en enero, Délano y Lavín habrían comprado 5 camionetas, 10 station wagon y 5 automóviles entre los que destaca un Land Rover de $83 millones.
La finalidad de los vehículos, habría sido el uso personal de las esposas de los controladores y los ejecutivos del holding.
Según consta en la declaración de Marcos Castro a la Fiscalía en 2014, al menos su vehículo, el de las esposas de Délano y Lavín y el del ex gerente general de la empresa, Hugo Bravo, habrían sido comprados con este mecanismo.
Contra Bravo, que habría sido el encargado de comprar los vehículos, también se levantarán cargos por su calidad de representante de la firma Inversiones Pacífico.
