“La vida de mi hija no me la devolverán, aunque se queden años en la cárcel”.
Así lo señala Bernardita Zúñiga a poco más de un año de la muerte de su hija, Débora Cárcamo, estudiante de pedagogía en inglés, quien tenía 20 años cuando cuando fue atropellada en Puerto Montt.
Débora caminaba a las 5:10 de la madrugada del 16 de julio de 2019 por la intersección de las calles Benavente y Freire, en Puerto Montt, cuando fue impactada por un automóvil conducido por Jonathan Gómez, quien momentos antes había sido visto saliendo de un pub de la ciudad.
De acuerdo a la investigación de Fiscalía, Gómez se dio a la fuga sin prestar auxilio a la joven, quien falleció luego de 40 minutos. La familia de Cárcamo asegura que el conductor podría haberle salvado la vida, considerando que viajaba acompañado del médico Patricio Lara, quien desempeñaba funciones en el Hospital de Puerto Montt.
El entonces fiscal de la causa, Julio Martínez, detalló en julio pasado que dos días después del atropello Gómez intentó viajar a Estados Unidos. Sin embargo, “no pudo ingresar, y tuvo que devolverse al país”. Tras esto se concretó su captura.
Si bien en un primer momento Gómez quedó en prisión preventiva, el pasado 1 de octubre la justicia rebajó sus medidas cautelares a arresto domiciliario total.
Aunque ha transcurrido un año desde la muerte de Débora, la justicia podría estar próxima en llegar: según ha trascendido, la fiscal del caso, Pamela Salgado, ya recepcionó todos los peritajes que estaban pendientes, con lo que quedaría en condiciones de revisar la futura acusación del caso.
Una vez que se concrete esta diligencia, el caso entrará en etapa de preparación del juicio oral, donde se determinará la responsabilidad o inocencia de Jonathan Gómez en la muerte de Débora y la eventual pena que puede recaer en su contra.
“El gran cuestionamiento de esta causa es que la persona se arrancó del lugar, pudiendo haber auxiliado, además de que estaba acompañado de una persona que era médico. Hay un cuestionamiento aparte de legal, moral. Una persona que atropella a otra, la deja tirada, sobre todo cuando va con un copiloto que es médico, con todos los principios que gobiernan el actuar de un médico, la dejan tirada. Esto es relevante porque Débora estuvo viva casi una hora después del accidente”, asegura el abogado de la familia, Andrés Firmani.
Las penas que arriesga un conductor por manejo en estado de ebriedad
Durante el proceso, la defensa de Jonathan Gómez ha dicho que la joven se habría expuesto imprudentemente al riesgo al cruzar la calle. Sin embargo, el abogado de la familia de Cárcamo, responde que “un conductor sobrio habría frenado, habría disminuido la velocidad, se habría cambiado de pista. Toda su conducta obedece a que su ingesta alcohólica que le impide reaccionar”.
Y aunque no existe una alcoholemia -debido a que el conductor se dio a la fuga- el abogado asegura que la declaración de su acompañante sería clave. "Aparte de tomar unos shots de tequila, tomaron pisco, cervezas, en el primer piso del pub. Luego, en el segundo piso, donde funcionaba la discoteque, tomaron entre 8 a 10 tragos”.
Son estos antecedentes los que -según el abogado- permitiríann acreditar los delitos de manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte, que contempla penas que van desde los 3 años y un día hasta los 10 años de cárcel, a lo que se suma el delito de huir del lugar del accidente, que contempla penas que parten desde los 3 años y un día hasta los 5.
Aunque el imputado goza de irreprochable conducta anterior -lo que podría provocar una reducción en la pena- la familia de la joven espera lograr una pena efectiva de cárcel. Sobre todo, tras la entrada en vigencia de la “Ley Emilia”, que endureció las sanciones, estableciendo cárcel efectiva de al menos 1 año a los conductores en estado de ebriedad que generan lesiones graves gravísimas o la muerte de una persona.
