Una larga reflexión fue la que dejó en Facebook el médico pediatra Álvaro Retamal, quien el fin de semana atendió a la pequeña Ámbar, quien con solo un año y 7 meses de edad murió debido a graves lesiones atribuidas a una violación y golpiza por la que su cuidador, un ex candidato a concejal por Los Andes, está detenido como presunto autor.
En el posteo, Retamal plantea que después de conocer el caso es "fácil enojarse y pedir pena de muerte para un monstruo como este" y que "es fácil enganchar con la idea" para luego dar espacio al relato de la atención.
Allí reconoce que cuando la tuvo en el centro asistencial, veía su "cuerpo frágil" y junto a su equipo le decían que "que viva por favor, que no tenga miedo porque hay en esta Tierra personas que estamos dispuestas a protegerla".
"Todos estábamos sufriendo acompañando a este bello angelito... y claro, con ganas de que él perpetrador sufriera lo indecible por lo que hizo", añadió.
Sin embargo, Retamal asigna responsabilidad a la sociedad y resalta la necesidad de "organizarnos para proteger a los niños".
"Pedir la muerte de un monstruo sólo es un desahogo", matiza al final.
El caso
Ambar, una niña de solo un año y 7 meses de edad, falleció la tarde del sábado 28 de abril en el Hospital San Camilo de San Felipe, debido a graves lesiones atribuibles a una violación y golpes.
La pequeña vivía en Rinconada de Los Andes a cargo de una tía biológica y la pareja de esta.
La niña había sido entregada al cuidado de su familiar directa por orden del Sename, luego de que la madre no pudiera hacerse cargo de ella por un presunta adicción a las drogas.
El sabado la niña fue llevada por sus cuidadores en estado grave al recinto asistencial, lugar donde Andrés Espinoza Aravena (30), pareja sentimental de la tía de Ambar, fue detenido como presunto responsable de la agresión.
La niña fue sometida allí a una cirugía de urgencia para intentar salvarle la vida, pero la gravedad de sus lesiones internas le causaron la muerte.
El Sename de Valparaíso señaló que la niña vivía con la pareja por decisión del Tribunal de familia de Los Andes, con acompañamiento del programa FAE Ayun, del organismo colaborador de la ONG Galerna.
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