Queda solo un día para que comience oficialmente el invierno. Sin embargo, las bajas temperaturas y los virus respiratorios han causado impacto en la red asistencial del país durante otoño.
Tales son los casos de niños con virus respiratorio sincicial, el alza de los casos de influenza, el ya disminuido COVID-19 y la presencia de distintas enfermedades que aquejan día a día a chilenos y chilenas de todas las edades.
Por lo mismo, ante el alza de estos casos y las dudas respecto a qué caracteriza cada enfermedad, en T13.cl te contamos los principales síntomas de distintos virus respiratorios circulando en el país.
SARS-CoV-2 (más conocido como COVID-19 o coronavirus)
El SARS-CoV-2 es una cepa de la familia del coronavirus que se transmite de persona a persona cuando se tiene contacto cercano con la persona contagiada.
Si bien las personas de cualquier edad pueden contagiarse por COVID-19, entre los grupos de riesgo están los adultos de edad mediana y adultos mayores.
Sin embargo, los riesgos de presentar síntomas peligrosos aumentan con los años, dado que personas sobre los 85 tienen mayor riesgo de presentar síntomas graves.
Síntomas:
- Fiebre sobre 37,8°.
- Tos.
- Congestión nasal.
- Debilidad general o fatiga.
- Dificultad respiratoria.
- Dolor corporal.
- Dolor de cabeza.
- Dolor de garganta.
- Diarrea.
- Vómitos.
- Aumento de frecuencia respiratoria.
- Pérdida del gusto.
- Pérdida del olfato.
No existe un tratamiento específico para el COVID-19, pero sí se pueden prevenir sus efectos más graves a través de la vacunación contra el virus.
Virus respiratorio sincicial
El virus respiratorio sincicial es una de las principales causas de infección aguda de las vías respiratorias inferiores en lactantes y niños; y cuenta con una carga importante de morbilidad y mortalidad.
Éste es altamente transmisible y se disemina por medio de gotitas de la saliva de personas sintomáticas por 3 a 8 días, pudiendo durar hasta 15 días en la vía respiratoria.
Síntomas:
De acuerdo a lo detallado por el Ministerio de Salud (Minsal), los síntomas del virus respiratorio sincicial se presentan dentro de los 4 a 6 días después de haberse infectado y se presentan como:
- Moqueo.
- Apetito reducido en bebés y niños.
- Tos.
- Estornudos.
- Fiebre.
- Sibilancias (sonido silbante y chillón que se da durante la respiración)
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Por otra parte, los bebés más pequeños podrían presentar únicamente síntomas como:
- Irritabilidad.
- Menor actividad.
- Dificultad para respirar.
Y se indicó que casi todos los niños presentarán una infección por el virus sincicial antes de cumplir los dos años.
No existe ningún tratamiento específico para el virus sincicial, pero se pueden manejar los síntomas como fiebre con antipiréticos indicados por un médico, además de mantenerse hidratado y consultar en un centro de salud si los síntomas persisten o empeoran.
Influenza
La influenza es una enfermedad respiratoria aguda que es altamente infecciosa y que se provoca por un virus del mismo nombre, el cual afecta principalmente a la nariz, garganta, bronquios y ocasionalmente los pulmones.
Entre los grupos de riesgo que hay respecto a la influenza están los niños pequeños, personas de edad y personas aquejadas de otras enfermedades, quienes pueden sufrir complicaciones graves como neumonía, insuficiencia respiratoria aguda o incluso causar la muerte.
La influenza se transmite de una persona enferma al toser, estornudar o mediante secreciones nasales y dura generalmente una semana.
Síntomas:
- Aparición súbita de fiebre alta.
- Dolores musculares.
- Dolores de cabeza.
- Malestar general.
- Tos seca.
- Dolor de garganta.
- Inflamación de la membrana de la nariz.
Cabe señalar que en algunas personas también se presenta secreción nasal (coriza), náuseas, vómitos y diarrea. La tos puede ser intensa y durar dos semanas o más, mientras que la fiebre y los demás síntomas suelen desaparecer en una semana sin la necesidad de atención médica.
La influenza es prevenible a través de la vacunación anual.
Adenovirus
Los adenovirus son un grupo de virus que causan distintas enfermedades, aunque la mayoría produce infecciones respiratorias y, en menor medida, infecciones gastrointestinales.
Éstas pueden afectar a personas de cualquier edad, aunque es más frecuente en niños y se presentan durante todo el año con un ascenso a fines del invierno, primavera y principios del verano.
Los virus son muy contagiosos y se transmiten a través de secreciones respiratorias de las personas infectadas y de los elementos de uso personal contaminados con secreciones respiratorias. Junto con ello, se pueden transmitir a través del contacto con secreción ocular de un paciente con conjuntivitis y de deposiciones en el caso de las gastroenteritis.
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Ahora bien, el compromiso más frecuente es el respiratorio, por lo que genera síntomas de resfrío común, faringitis, amigdalitis u otitis; aunque también pueden generar un cuadro de fiebre faringoconjuntival; y a nivel de aparato digestivo pueden provocar una gastroenteritis.
En el caso de lactantes menores y en personas inmunodeficientes se pueden producir infecciones más graves como neumonía, meningitis y encefalitis.
Síntomas:
- Fiebre.
- Dolor de garganta.
- Bronquitis aguda.
- Neumonía.
- Conjuntivitis
- Gastroenteritis aguda.
- Inflamación o infección de la vejiga.
¿El frío del invierno propicia los virus respiratorios?
El doctor Ramón Readi, otorrinolaringólogo de la Clínica Dávila y Dávila Vespucio, señaló que "el frío por sí solo no es lo que explica el aumento de infecciones respiratorias durante el invierno, sino que tiene una relación con nuestra tendencia durante el periodo más helado a hacinarnos, a estar más juntos, y ha disminuir la ventilación de los lugares que compartimos".
"Por otro lado, sí es real que el frío que ingresa a las vías respiratorias tiende a disminuir la función de limpieza que tiene por dentro la vía respiratoria, que son cilios que tienden a funcionar de peor manera con las bajas temperaturas. Por lo tanto, existe una tendencia a eliminar estos agentes y, por lo tanto, adquirir con más facilidad infecciones respiratorias", agregó el profesional.
Por lo mismo, el doctor Ramón Readi recomendó que ante los virus respiratorios "tenemos que favorecer la ventilación; evitar el hacinamiento; en el peor de los casos usar mascarillas; y protegernos del frío directo que puede ingresar a nuestras vías respiratorias; y alejarnos de la gente que está contagiada y manifestando síntomas respiratorios".
Magdalena Galarce, médica de servicios clínicos y farmacéuticos de Farmacias Ahumada, indicó que "está comprobado que la lactancia protege de las infecciones respiratorias y ayuda a un desarrollo correcto del sistema inmune, otorgando mayor protección a largo plazo. Por lo que en recién nacidos y, por lo menos, en menores de hasta seis meses, esta es una de las medidas preventivas más importantes".
A la vez, indicó que es ideal que se eviten aglomeraciones, lugares públicos y sobre todo los cerrados y sin ventilación; además de evitar el contacto con personas infectadas.
"Hay que enseñarle a los niños y niñas que cuando estornuden, se tapen nariz y boca usando el antebrazo y no las manos. Y tomar medidas de higiene en la casa -y ojalá también en los jardines infantiles- como la limpieza frecuente de juguetes, evitando aquellos que puedan acumular patógenos, como los peluches", complementó Galarce.
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Igualmente, sostuvo que las vacunas no pueden quedar fuera de los intentos por prevenir los efectos de los virus respiratorios.
"Existen varios tipos, las que pueden evitar adquirir una enfermedad o las que hacen que los síntomas sean más leves, reduciendo el riesgo de desarrollar complicaciones graves como una neumonía o meningitis, por ejemplo", comentó.
"En este punto, la educación a padres y madres es crucial y debe incluir el reforzamiento de la importancia del Plan Nacional de Inmunización, la inoculación de vacunas disponibles y evitar la automedicación, sobre todo con antibióticos. Muchas veces, son los padres los que solicitan e insisten al médico para que prescriba medicamentos de este tipo, ignorando que perjudicaría la evolución del menor", subrayó Magdalena Galarce.
