La emergencia sanitaria del coronavirus también ha traído coletazos en las casas de estudio en Chile. Y no solo por la suspensión de las clases. Este miércoles, los internos de séptimo año de Medicina de la Pontificia Universidad Católica (PUC) elevaron una carta a la directora de pregrado, la doctora Marcela Cisternas, informando que paralizarán sus actividades de manera indefinida, negándose a prestar apoyo en redes asistenciales.
"Somos conscientes de la responsabilidad y ética que conlleva el rol de nuestra profesión en la sociedad. En la misma línea, estamos en pleno conocimiento de la condición sanitaria a nivel mundial y nacional con la pandemia por COVID-19, y del potencial rol que tenemos como futuros médicos", indica la carta.
"Así, creemos que las actividades de internado deben suspenderse hasta que sea necesaria la presencia de más personal, a modo de disminuir el riesgo de que seamos vectores de contagio, y entendiendo que aun estamos a tiempo, como sociedad, de lograr aplanar la curva", añaden.
Allí, los estudiantes acusan, por ejemplo, la falta de garantías en la cobertura médica en caso de enfermedad grave por el contagio del coronavirus, además de otras problemáticas como:
- Obligatoriedad de la asistencia a centros asistenciales: Lo que va en contraposición a la voluntariedad de la asistencia que se había pactado en la reunión del 17/03.
- Ausencia de propuesta de contratación de internos según Decreto Nro. 4 de 2020 artículo 2 bis, inciso 5.
- Obligación de rotar en Hospital Clínico Universidad Católica: En particular nos inquieta este punto ya que todos hemos rotado en dicho centro en los internados de 6° año, y como generación sentimos que en la mayoría de las rotaciones nuestra labor es importante mas no fundamental, especialmente en un centro privado. Así, es poco probable que llegue a serlo, considerando la cantidad de especialistas que trabajan ahí (esto sin detrimento que en el Hospital de La Florida y Hospital Sótero del Río sí puede ser necesaria nuestra ayuda en caso de extrema urgencia).
- Incongruencia entre puntos acordados en la reunión y lo expuesto por jefes de internados de Medicina Familiar y Urgencias: Dado que los jefes de dichos internados comunicaron que continuaría la actividad académica, generando un desfase entre distintos grupos del curso.
- Falta información sobre las condiciones en cada rotación: No se especifica con qué condiciones se realizarán las actividades en ciertas rotaciones (horario, trabajo a realizar, etc).
- Escaso apoyo a personas con riesgo de enfermedad grave por condiciones crónicas, o bien que viven con personas con riesgo de enfermedad grave
- No se establecen garantías académicas en caso que algún interno tenga indicación de cuarentena
- Falta de información con respecto a la situación del arancel universitario en caso que se prolongue el año académico
Asimismo, establecieron un petitorio para expresar las "condiciones mínimas" que buscan conseguir para deponer la paralización.
- Voluntariedad real en las actividades asistenciales exigidas durante el período de crisis sanitaria, como punto básico e intransable
- Disposición de las condiciones mínimas para procurar la correcta atención de casos sospechosos o confirmados, asegurando el acceso a elementos de protección personal
- Cobertura médica en distintas prestaciones (diagnóstico y tratamiento) en caso de enfermedad por COVID-19 producida en contexto de actividades asistenciales, ya sea para casos leves o graves.
- Establecer horas de trabajo mínima-máxima y explicitar sistema de turnos en caso necesario
- No repetir rotaciones ya cursadas
- No represalias en el ámbito académico-asistencial a los internos que no decidan participar
- No cobrar semestres adicionales de arancel en caso de que la condición sanitaria actual empeore y esto repercuta en los plazos académicos.
Así, reafirman su "compromiso real y sincero" con la Salud Pública, considerando que tienen "derecho a ser partícipes de la elaboración de los principios bajo los cuales prestaremos servicios al país en la contingencia actual".