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Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano pide perdón a ex religiosa que denunció abusos

Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano pide perdón a ex religiosa que denunció abusos
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La declaración ocurre luego que Consuelo Gómez, quien estuvo 19 años en la congregación, asegurara había sido víctima de abuso, acoso y hostigamiento. La agrupación instruyó una investigación canónica.

Este martes la Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano pidió perdón a Consuelo Gómez, ex religiosa que denunció haber sido abusada sexualmente en reiteradas ocasiones por una monja mientras ella era parte de la agrupación.

"En relación a las denuncias realizadas por Consuelo Gómez Pinto, ex religiosa de nuestra Congregación, manifestamos con dolor que conocíamos el relato de los graves hechos ocurridos al interior de nuestra comunidad religiosa, las medidas que tomamos y la actitud que tuvimos entonces no estuvieron a la altura de nuestra misión y vocación, a imagen de Jesús. Debimos disponer garantías para que estos hechos no se repitieran, y tampoco lo hicimos en su momento", aseguraron a través del texto difundido por el sitio web de la Conferencia Episcopal.

Debido a esto, las Hermanas del Buen Samaritano anunciaron una investigación canónica para revisar las situaciones denunciadas: "También se ha tomado contacto con el Consejo Nacional de Prevención de Abusos y con la Comisión Diocesana de Prevención para abordar adecuadamente estas situaciones tan terribles y dolorosas, y se trabajará un protocolo de prevención de situaciones abusivas de toda índole", agregaron.

Asimismo, desde la dirección de la congregación anunciaron medidas para evitar que se repitan este tipo de actos y recalcaron que "con pesar, señalamos que no siempre en nuestra comunidad religiosa se ejerció la autoridad correctamente, por este motivo, desde hace dos años iniciamos un proceso de renovación integral de la congregación".

Situaciones de acoso y tratada como "esclava"

Gómez, que estuvo en la congregación entre 1998 y 2017, aseguró haber sido abusada en España, lugar a donde había sido enviada por la congregación el año 2000.

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​"Por alguna razón la madre Patricia tuvo que viajar, y una noche ya estábamos acostadas en un silencio mayor, compartiendo habitación con la hna. Soledad Adasme, la cual tenía dos camas y comenzamos a hablar acerca del problema, yo me puse a llorar en ese momento y ella fue a mi cama y se acercó más de lo debido y abusó de mí, yo tenía miedo y asco en ese momento, porque sentía que me quitaba mi dignidad", aseguró en una carta donde explica lo que vivió en sus 19 años como religiosa.

Además, Gómez aseguró que sus denuncias nunca fueron escuchadas e informó además de otras situaciones de acoso.

"En uno de estos pasos por España en Loja vi y sufrí muchas cosas, como ver al padre (Eulogio) Tejerina tomando sol todos los días totalmente desnudo en el patio, además daba abrazos muy extraños y se le iba la mano hacia zonas que no debía, lo hacía tanto en España como en Chile pero en España lo defendían mucho y aceptaban este comportamiento", recalcó.

La ex religiosa recalcó también que llegó a ser tratada como una esclava, y que sufrió distintas enfermedades durante su estadía, como anorexia, bulimia depresión y crisis nerviosas.

Revisa a continuación la carta íntegra de la denunciante

- 1998

Egresé de cuarto medio, y ni siquiera quise dar la PAA, estaba con todo el entusiasmo de entregarme a Dios a través de ayudar a aquel más desvalido. Con mis recientes 18 años soñaba con tener un centro de atención grande donde pudiera ayudar y atender yo misma a quienes lo necesitaran. Así fue como me decidí finalmente a dejar la parroquia de donde era (catequista, corista, preparadora de confirmación) y entrar a la congregación, dejando amigos y familiares.

Entré en tiempos de cuaresma y no me dejaron ver a mis cercanos hasta el domingo de pascua, (1 o 2 horas solamente) luego eran solo llamados de 10 minutos y visitas 1 vez al mes y con tiempo máximo de 2 a 3 horas.

En la congregación nos levantábamos temprano y si nos quedábamos dormidas teníamos que ir donde la madre a avisarle y ella siempre respondía “la oración es lo más importante en nuestras vidas y sin ella estamos como barca sin timón”

Mis padres llamaban todas las semanas, yo sabía que ellos llamarían siempre, pero debía ser una sorpresa para mí. Luego de hablar con ellos debía contarle todo a la madre.

Nos debíamos confesar con el sacerdote que ella decía y tenía como director espiritual (padre Mario Sanguinetti y padre Eulogio Tejerina) quien tenía el puesto de capellán tanto en España como en Chile.

En el proceso en que entré a la congregación mi abuelo falleció y caí en una depresión, me salió herpes y jamás me llevaron al médico. Yo nuevamente caí enferma con herpes en todo el aparato digestivo comenzando por la boca, solo me tenían con suero y medicamentos a su parecer, mis padres obviamente no sabían de esto hasta que fue una amiga a verme, y se dio cuenta del estado en el que estaba y le conto a mis padres. Ellos al enterarse al otro día llegaron a buscarme y me llevaron a médico. Todo esto causo molestias a la congregación y con mayor razón me enviaron a España. En Molina, al poco tiempo, como según ellas yo me iba muy seguido a Talca a mi casa, me destinaron a España con unas “santas mujeres” según lo que me dijo la madre.

-2000

Con esto me fui a España, al principio todo color de rosas con la hermana Patricia Ibarra Gómez, ella me fue a dejar a Tenerife (siempre controlando todas las cosas, incluyendo a las superioras que ella formó y están bajo su ideal). En Tenerife lo pasé muy mal, después de un tiempo me dieron crisis nerviosas, nada hicieron, caí con anorexia, nada hicieron, y todo por culpa de una que con el tiempo se fue, la hermana Paulina, quien me hostigaba y estaba encima mío controlando todo lo que tenía que hacer.

El Padre Tejerina me llamaba todos los días a Tenerife y me contaba todo lo que se veía en el capítulo y que rezara mucho porque le querían quitar el gobierno a la madre Irene, también que habían 2 bandos, los que estaban con la madre Irene y los que estaban con la madre Patricia.

Se cerró esa casa en Tenerife, pero antes de esto hubo capitulo general (que es el momento en donde se juntan todas las superioras y eligen a una general) y yo me quedé con la madre Antonia sin ningún problema. Un día me llamó la hna. Elena para contarme cosas de ella personales, pidiéndome que no mencionara que me había llamado, ya que esto estaba prohibido. yo era novicia y obviamente me hizo mentir. Además en una oportunidad me envió una carta la cual me la sacaron y la leyeron la que luego llegó a la madre Patricia y desde ese momento por miedo comencé a quedar como mentirosa. Luego fui llevada a Loja para hacer mi primera profesión.

En uno de estos pasos por España en Loja vi y sufrí muchas cosas, como ver al padre Tejerina tomando sol todos los días totalmente desnudo en el patio, además daba abrazos muy extraños y se le iba la mano hacia zonas que no debía, lo hacía tanto en España como en Chile pero en España lo defendían mucho y aceptaban este comportamiento.

​Por alguna razón la madre Patricia tuvo que viajar, y una noche ya estábamos acostadas en un silencio mayor, compartiendo habitación con la hna. Soledad Adasme, la cual tenía dos camas y comenzamos a hablar acerca del problema, yo me puse a llorar en ese momento y ella fue a mi cama y se acercó más de lo debido y abusó de mí, yo tenía miedo y asco en ese momento, porque sentía que me quitaba mi dignidad. Ella es lesbiana y todas lo sabían, incluyendo a la madre Patricia. La hna. Soledad cuando yo entraba al baño, ella también lo hacía y cerraba con llaves para luego manosearme siendo yo forzada física y psicológicamente a hacer cosas que no quería.

​En ese momento hablé con el Padre Tejerina sobre lo que estaba pasando y me dijo “no hables con nadie de esto, ni con la madre Irene porque no te creerán, le creerán a ella y tiene todas las de ganar porque tú para mí y para todas eres una simple novicia” y yo por miedo ya que estaba lejos de mi familia, además que nos lavaban el cerebro, seguí ahí, desde ese momento, Soledad me llamaba para todo y yo cegada ya que ella era “mayor” le hacía caso, me sentía una basura y peor que en una cárcel.

​El padre Tejerina me mandó una carta dándome consejos, pero que igual me quedara callada, solo me decía que me alejara de ella, y ¿Cómo? Si estábamos en la misma comunidad. Estaba viviendo por una parte esta situación, y además un régimen militar, con la superiora Patricia y su brazo derecho Adriana y las demás que estaban de su parte. Un día la madre Patricia me llama y me pregunta “¿Qué pasa con Soledad?” y le conté todo, ella no me daba muy buenos consejos, al contrario me hacía sentir cada vez más sucia y culpable, me preguntaba cosas que salían en la carta que padre Tejerina me había escrito, la cual la tenía guardada en el velador cosa que nadie la viera, en ese momento me di cuenta que registraban todo, sacó la carta de su escritorio me la mostro y la rompió, destruyó la única prueba que existía.

​Después de esto me sacan de la comunidad como verdadera presa o terrorista (en Chile la madre Irene ya sabía supongo) nunca decía nada solo actuaba, y además Adriana sabía todo. Me quitaron casi todo, según ella para los pobres.

​La comunicación con mi familia era cada vez peor, una vez al mes, pero no podía ser muy abierta, pocas cartas y además tenía miedo que me las revisaran, ya que muchas veces me entregaban las cartas abiertas y nosotros las cartas que escribíamos las teníamos que enviar abiertas para que ellas las revisaran.

-2003

Me envían a México…

​En méxico, La superiora era la hna. Irene Carvajal Morales, al principio todo bien, yo veía enfermos, cocinaba, era ministra de la comunión. Estudiamos la hna. Irenre y yo auxiliar de enfermería en Tenancingo, luego hicimos la práctica en la clínica del doctor Carlos quien nos acogió y nos abrió las puertas para atender a nuestros enfermos, ahí cumplí mi mayor sueño, me dio la posibilidad de entrar al quirófano donde me enseño desde conocer el instrumental hasta suturar después de una cesarea, aprendí mucho de UCI y Urgencias, fueron los mejores momentos de mi vida en México junto a los que viví con los legionarios de cristo que eran quienes nos ayudaban, familia misionera.

Sin embargo la comunidad comenzó a ir muy mal, el párroco de Malinalco estaba enfermo, y yo era quien lo atendía, y la hna. Irene me involucró en un conflicto que me ponía en contra del párroco y me dejaba nuevamente como mentirosa. En ese momento el párroco nos manda a llamar a las dos, y lo que me dijo fue muy fuerte “no te quiero ver más, eres una mentirosa, la madre general debe mandarte al psiquiatra por loca” fue lo más suave que me dijo.

​En resumen nunca me creyó nada, era yo la culpable de todo lo que pasaba y tenía exceso de trabajo, a tal punto que yo era la encargada del consultorio (pasar consulta, curaciones, hospitalizarlos ahí mismo y cuidarlos día y noche), trabajando mas de 12 horas al día, y turnos de emergencia. Dado este agotamiento mental y físico, fue cuando empecé a planear mi propia muerte, incluso pagarle a alguien, pero me di cuenta que era mejor suicidarme, lo intente varias veces, pero sin resultados porque me quedaba dormida, el cansancio era demasiado. Ellos supieron esta situación porque lo comenté a una psicóloga y le dijo a la hna. Irene, ella avisó a Molina, pero nunca hicieron nada, me quejé de dolores muy fuertes de cuerpo, de cabeza, de cuello y nunca me creyó al contrario me obligaba al levantarme aunque estuviera revolcándome en la cama de dolor de cabeza, incluso en algún momento me dio cachetadas como castigo (Esto es una resumen de México ya que pasaron más cosas pero de menor grado).

​Después de esto le conté todo a la madre Patricia y me sacó de México llevándome a España nuevamente, estando nuevamente ahí fue todo diferente, esta vez comencé a trabajar con los enfermos en casa, tanto en el día como en la noche. Cuando me tocaba de noche, de madruga la hna. Soledad bajaba y me buscaba, ella notaba mi rechazo pero me decía “tranquila, no te hare nada”, se lo dije a la madre Patricia su respuesta fue que hablara con ella y que no le hiciera caso o le diera un empujón.

-2008

Luego estuve con bulimia y nada hicieron, no me sentía bien, entre en una pequeña angustia, lo único que quería era volver a Chile y salirme de la congregación, hable con la madre Patricia “me comprendió” y aviso a Chile, y me dijo que habló con la madre y que había dicho que si quería irme que me fuera porque era una hermana muy problemática y que si no quería ir a Molina que no fuera, que luego me enviarían el hábito. Me quedé con eso, pero ya tenía la certeza que volvería a Chile, así fue, volví, pero mi sorpresa fue que me llevarían a Molina, las hermanas después que no me querían ver me saludaban con cariño, luego me hicieron pasar a la oficina de la madre Irene, ella me mira con cara demacrada y me dice “por Dios hija que te paso, ¿Por qué no querías venir a Molina?, “aquí todas te queremos, las hermanas lloraron anoche cuando les conté, incluso llamé a tus padres y no sabían” yo quedé con la boca abierta, porque al parecer este traslado no estaba planificado y no habían dado aviso a nadie. Con esto me puse a llorar y le conté todo lo que había pasado, tanto en España como en México, ella y la co fundadora Sor Eloísa, me entendieron la situación y me enviaron a la casa en Talca por un tiempo, para que me sintiera mejor y después volviera. Me fui a Talca pero en mi cabeza continuaba con las palabras de la madre Patricia, quien me prohibió confesarme de lo sucedido en España con la hna. Soledad, porque iba a dejar mal a la congregación y a la hna. Me sentía mal de no poder contar a mi familia lo sucedido, por temor a las represalias y amenazas de Patricia.

Volví luego de 15 días a Molina, estudie TENS, estudiaba y hacia turnos de noche, durante todo el curso fue así, llegaba muchas veces con dolor de cabeza, espalda generalizada, les decía y me retaban, nunca hicieron nada, caí con herpes, ni médico ni nada, solo con suero y medicamento que me daban ellas, por más que me quejaba de dolor, la madre Irene me vendaba los brazos antes de los turnos y le decía a Sor Eloísa que me llevara al centro clínico de la católica y respondía “¿a qué hora? Está estudiando, está en turno o en Santiago” y nunca hicieron nada, paso el tiempo y todo siguió igual.

Después de un largo tiempo me encuentro por el pasillo a la madre Irene, me llama a la oficina y me da la noticia que nunca quise escuchar “Soledad viene para acá para hacer los votos perpetuos, tu haz como que no la conocieras” fue un balde de agua fría. Cuando ella vino yo evitaba estar en el mismo lugar, e igualmente tenía que compartir con ella, pero evitaba estar a solas con ella, aunque eso significara salir de ceremonias o actividades.

Yo siempre seguía con ganas de salirme, me confesaba con los padres y me decían “no le des este tremendo dolor a la madre”. Así seguía todo el tiempo, el ambiente cada vez peor en la comunidad, me tocaba hacer turnos, pasar consulta de policlínico, etc. Aunque yo prefería estar en turno con los enfermos que en la comunidad.

Llegaba una nueva religiosa y nos sacaban en cara que era lo que ella esperaba, que era mejor que todas nosotras, a los días le colocaban el hábito, a los meses profesión, y al poco tiempo le daban los votos perpetuos, siendo que a nosotras nos hacían pasar por todo el periodo de formación que dura aproximadamente 11 años.

-2013

Pasó el tiempo y me destinaron a Santiago a la nunciatura, aquí todo era distinto, éramos tres hermanas, me sentí valorada, que servía para algo, de hecho yo le hacia todo a ellos (nuncio y monseñor), aquí tuve la posibilidad de ir a médico y ser diagnosticada con Fibromialgia, hirsutismo, osteopenia, artrosis, problemas en toda la columna y cadera (en España me quitaron todos los tratamiento con los cuales iba de Chile).

-2016

Cada día me sentía peor, ya no era capaz de hacer las cosas, y los mismos médicos me aconsejaron que tenía que descansar, sobre todo el cardiólogo, como la hna. Yolanda no me podía acompañar, mi hermana que es enfermera me esperaba en la consulta, me enviaron a psiquiatra que sin mayores palabras se dio cuenta de la depresión severa y el del trastorno de estrés postraumático (TEPT) producto de lo vivido en España (más de diez años guardando todo).

En diciembre me salí de la nunciatura y me vine a Talca, y no quería ver a nadie de Molina, me daban crisis muy fuertes y con medicamentos para la depresión y TEPT, al verme que casi no podía hacer nada porque el dolor que sentía era muy fuerte más me deprimía comía nada, bajé de peso, dependía 100% de mi mamá, ya que tampoco controlaba esfínter, me costaba concentrarme y no era capaz de hilar bien las ideas.

-2017

El día que vinieron de Molina a la casa de Talca, me dio una crisis muy fuerte que me tuvieron que llevar de urgencia a terapia psicológica (actualmente estoy con psicóloga y psiquiatra) en Talca.

En ese momento yo envié una carta a Molina, solicitando un año sabático y el pago mensual $250.000 para costear la salud y según la carta que me enviaron, ellos aceptaron esto, yo salí en diciembre, y en marzo solo han depositado $400.000 ¿Qué ha pasado?

Sigo en tratamiento psicológico y psiquiátrico. Además me metí a estudiar Podología para poder sostenerme económicamente y no depender tanto de mis padres y salir adelante. Me ha costado volver a vincularme con mi familia y confiar en el mundo, ya que fueron casi 18 años de estar sometida a un régimen, ya que no se puede decir que estuve en un convento buscando a Dios porque nunca tuve la posibilidad de hacerlo.

PD: no saben el trabajo que me ha costado escribir esto, recordar todo ha sido un golpe demasiado duro, pero como me dijo mi director espiritual y el sacerdote que me ayudo a hacer la carta, lo hice por las jóvenes que entraran, el daño me lo causaron ustedes,

LA CONGREGACION, por lo tanto dejo todo esto en manos de mi hermana que es mi representante legal, porque yo no estoy en condiciones psicológicas ni espiritualmente.

-2018

A la fecha continuo con tratamiento psicológico semanalmente y psiquiátrico mensual y egresé de la carrera de podología y me siento mejor a como llegué el 2016 y me reencontré con Dios pero no a través de la religión católica.

Finalmente ahora es el momento de hablar y contar esta verdad que me mantuvo prisionera durante tantos años, no le tengo a sus represalias. Ya no tengo miedo.

Ya no necesito representante legal porque es parte de mi historia y creo que lo voy a poder hacer.

Consuelo Isabel Gómez Pinto.

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