Para investigar o detectar objetos, estructuras o anomalías debajo del nivel del suelo, distintos profesionales de diversas áreas utilizan los denominados georradares, equipos que efectúan prospecciones o exploraciones en un terreno para hallar o hacer descubrimientos.
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Precisamente, en las pericias del caso de Fernanda Maciel, el equipo de trabajo de Topos Chile, liderado por Francisco Lermarda, utilizó un georadar para la búsqueda de sus restos.
Según explicó el profesional, cuando se efectuó la indagación dentro de la bodega había mucho escombro, por lo que debieron mover toda la basura dejando el lugar "como una cancha de fútbol".
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Luego con el georradar se recorrió "todo el terreno". Sin embargo, si bien se detectó una anomalía en el gráfico del equipo, al momento de excavar no se halló nada. Fue allí que se generó la teoría de una posible remoción de un cuerpo en el recinto.
"Nada es infalible, tiene un margen de error", aseguró Lermanda a "Bienvenidos" de Canal 13.
En específico, el georradar se colocaba cada 15 o 20 centímetros de distancia. "Se iba poniendo y se iba leyendo la prospección, ¿Por qué? Porque se encontró la anomalía. Al encontrar la anomalía, nosotros empezamos a prospectar un poco más pequeñito", precisó el coordinador de Topos Chile.
