Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer cérvico uterino —o cáncer de cuello uterino— es el cuarto tipo de cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial, con una incidencia estimada de 604 mil nuevos casos y 342 mil muertes en 2020.
El doctor Ignacio Chávez, de la unidad de Oncología Ginecológica de Clínica Alemana, explicó que el Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV, por su sigla en inglés) se transmite a través del contacto sexual entre individuos. Además, señaló que aquellos que llevan una vida sexual activa tienen probabilidades de entrar en contacto con el virus en algún momento, generalmente durante los primeros años de actividad sexual. Sin embargo, indicó que la gran mayoría de estos contactos resultan en infecciones transitorias.
Por su parte, la doctora Daniela Aichele, ginecóloga y oncóloga de Clínica Indisa, destaca que la infección persistente por el VPH es el principal factor de riesgo para el cáncer de cuello uterino. “Junto con la conducta sexual, el tabaquismo y las alteraciones en el sistema inmunológico pueden aumentar la vulnerabilidad a desarrollar la enfermedad. Sin embargo, la vacunación contra el VPH y los exámenes de detección temprana, como el Papanicolau y el Test de VPH, son medidas efectivas de prevención”, afirmó.
En cuanto a los métodos para detectar el virus, el doctor Chávez aseguró que el objetivo es identificarlo durante su fase preinvasiva. En este sentido, mencionó que actualmente en Clínica Alemana se ha implementado el tamizaje con PCR del virus del papiloma, el que ofrece un rendimiento superior al Papanicolaou y presenta un menor margen de error. Esto permite obtener, a partir de una sola muestra, información más detallada.
Por su parte, la doctora Aichele coincide en que la detección temprana es crucial en la lucha contra el cáncer cérvico uterino. La citología (estudio de las células) o Papanicolau y el test de Virus Papiloma Humano (VPH) permiten identificar lesiones preinvasoras y cáncer en etapas tempranas, que son más susceptibles al tratamiento. La experta de Indisa subraya que el Test de VPH puede incluso detectar la presencia del virus antes de que se desarrollen lesiones.
Para las mujeres, se recomienda comenzar el tamizaje (pruebas de detección) con Papanicolau a partir de los 25 años y realizar el Test de VPH desde los 30 años, según indica la doctora Aichele.
Sobre la vacuna contra el VPH, el experto añade que está diseñada para funcionar de manera preventiva, siendo la población ideal todas las mujeres y hombres antes de los 25 años. En particular, destacó que la edad óptima abarca de los 9 a los 12 años. Además, mencionó que la vacuna puede administrarse hasta los 25, independientemente de si la persona ha iniciado su vida sexual.
Asimismo, explicó que la vacuna tiene por objetivo generar una respuesta inmunológica, lo que permite reconocer el virus y atacarlo rápidamente, previniendo de esta forma una infección persistente. Por ello, hizo un llamado a vacunar a niños y niñas contra el VPH, que según el programa nacional de inmunizaciones corresponde entre cuarto y quinto básico.
Por otro lado, respecto a las personas mayores de 25 años, el médico mencionó que existen diversas guías internacionales que respaldan la efectividad de la inyección en este grupo de edad. Sin embargo, indicó que después de los 40 años, ya no es recomendable administrarla, ya que a esa edad las personas ya suelen haber montado una respuesta inmunológica contra el virus.
Finalmente, el médico de Clínica Alemana explicó que la mujer que desarrolla cáncer cervical es aquella que experimentó una infección persistente del virus, lo que en el largo plazo genera un daño preinvasivo, que si no es detectado a tiempo, podría progresar a un cáncer cérvicouterino invasor cuando la mujer alcanza los 50-60 años. Es por esto que hace un llamado al chequeo preventivo constante, ya que existen múltiples instancias de prevención y detección precoz de esta enfermedad.
Cáncer cérvico uterino: síntomas a los que estar alerta
La doctora Aichele señala que “las lesiones precancerosas no suelen provocar síntomas evidentes, por lo que es muy relevante someterse a un cribado periódico del cáncer cérvico uterino. Incluso, si se ha recibido la vacuna contra el VPH”.
Sin embargo, estos son algunos de los síntomas a los que se debe prestar atención:
- Sangrado inusual entre períodos, posmenopausia o luego de tener relaciones sexuales.
- Flujo vaginal abundante y con mal olor.
- Dolor constante en la espalda, piernas o pelvis.
- Pérdida de peso, cansancio, pérdida del apetito.
- Molestias vaginales.
- Hinchazón de las piernas.
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El tratamiento del cáncer cérvico uterino varía según la etapa de la enfermedad. La doctora Aichele enfatiza la importancia de un enfoque multidisciplinario para brindar el mejor tratamiento posible y mantener controles de seguimiento regulares para prevenir la reaparición de la patología.
Además, la ginecóloga y oncóloga de Indisa puntualiza la importancia del apoyo emocional durante el diagnóstico y tratamiento del cáncer cérvico uterino.
Finalmente, la doctora Paulina Bravo, directora de Educación y Participación en Salud de Fundación Arturo López Pérez, explica que en Chile existe un fuerte compromiso para promover la salud de sus habitantes y específicamente en el contexto educativo, ya que el país ha impulsado la adopción de entornos saludables a partir de las Escuelas Promotoras de Salud. En ellas se espera que la comunidad escolar logre adquirir conductas saludables, a través de un entorno que las promueva, considerando la importancia del lugar donde las personas viven, estudian y trabajan, como referentes formadores de dichas conductas.
“En este sentido, y de acuerdo con la relevancia epidemiológica del cáncer en el país, es que se hace indispensable avanzar en estrategias de promoción de salud que potencien las capacidades de los y las jóvenes para adquirir conductas que les permitan reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, asociada a la infección de transmisión sexual (ITS) causada por el Virus del Papiloma Humano (VPH)”, expuso.