Alfredo Alonso, director de Bizarro, se refirió a las críticas en contra de la empresa tras los desmanes en el marco de los tres conciertos de Daddy Yankee en Chile, asegurando que habían informado a las autoridades de que podían generarse disturbios.
El 27, 28 y 29 de septiembre se realizaron los tres conciertos del puertoriqueño en el país. En la primera fecha, turbas de fanáticos interrumpieron en el Estadio Nacional, lo que terminó con Carabineros lanzando bombas lacrimógenas y carros lanzaaguas. La productora a cargo del show fue criticada ampliamente por los asistentes y autoridades por no escatimar los posibles riesgos.
En entrevista con Culto, Alonso comentó que la noche del martes 27 de septiembre, día del primer concierto del reggaetonero en Chile, fueron “de los minutos más difíciles de su carrera”, ya que producto de los incidentes “hubo amenazas a la productora, a mi persona, a mi mujer y a mi familia, que hacen que yo tenga que sentarme después de estos días a conversar y hablar”.
“Se metieron más de ocho mil personas, rompieron rejas, botaron muros, les pegaron a validadores, a la gente de la producción, entraron con cuchillos, entró una persona armada. A una guardia le volaron dos dientes de un golpe”, relató a cinco días de los peores incidentes.
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Ese mismo día, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, comentó en Teletrece que “hay una incapacidad de quien está organizando este evento (Bizarro) para garantizar que las personas puedan acudir en paz y tranquilidad”.
Ante el emplazamiento de Vergara, el director de la empresa aseguró que un día antes del concierto “mandamos una carta dirigida a las personas que tiene que ir dirigida, donde advertimos lo que podía suceder, donde explicamos punto por punto nuestros miedos, nuestros temores de lo que podía llegar a pasar, las cosas que sentíamos que estaban pasando, los grupos de WhatsApp que se estaban organizando para entrar a la fuerza”.
“Explicamos que es un concierto que vendió 180.000 entradas, pero quedaron afuera 1,2 millones de personas en la fila virtual de Puntoticket, que iba a haber mucha gente haciendo reventas, iba a haber mucha gente estafada, que necesitábamos la dotación de policía que se necesita para un clásico del fútbol, que son dotaciones de no menos de 800 personas”, agregó.
Respecto a la fecha de entrega de la misiva, relató que “la enviamos el día antes, porque un par de días antes empezamos a ver estos grupos de WhatsApp que se empezaron a armar, porque tampoco es que se empiecen a organizar un mes antes. (...) En base a eso, enviamos esta carta y pedimos por favor que se les diera atención a estas cosas, ofreciendo toda nuestra ayuda. Y aún así se mandó una dotación baja”.
“Más que una negligencia, yo no quiero usar la palabra negligencia. Yo creo que no se le tomó el peso ni a lo que estaba pasando, ni a la advertencia que nosotros habíamos hecho. Y si no tomarle el peso significa una negligencia, bueno, quizás fue una negligencia, pero lo que más duele es que después de eso no se haya hecho la autocrítica de decir ‘esto no se dimensionó según lo que era’”, añadió Alonso.
Por último sostuvo que “nosotros vamos a tener que hacer muchas devoluciones, reembolsar mucha plata, pagar todos los gastos de destrucción del estadio”.