Cecilia Barría, BBC Mundo
"El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar", dijo el papa Francisco durante su visita a Chile en enero de este año.
"No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia", aseguró el Pontífice.
Esas palabras fueron el origen de un escándalo que provocó la indignación de víctimas de abusos sexuales en Chile -que acusan al obispo Barros de ocultar los crímenes sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima- y una posterior disculpa pública de Francisco.
Después de todo, a inicios de 2015 Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Karadima, le escribió directamente al Papa quejándose por el encubrimiento de Barros y otros obispos.
Y según su versión, y otros testimonios, esa carta le fue entregada en abril de 2015 al cardenal estadounidense Sean O'Malley, quien a su vez se la hizo llegar al pontífice.
O'Malley, quien es arzobispo de Boston y preside la Comisión para la Protección de los Menores, no dudó en criticar las palabras del Papa, calificándolas de "una fuente de gran dolor para los sobrevivientes de abusos sexuales por parte del clero o de cualquier otro criminal".
Y es que de la culpabilidad de Karadima ya nadie duda, después de que el sacerdote fuera hallado culpable en 2011 por el Vaticano y la justicia chilena de abusar de adolescentes durante las décadas de 1980 y 1990.
Barros, sin embargo, niega haber sido testigo y encubridor de los abusos sexuales perpetrados por Karadima, tal como afirman Cruz y otras de las víctimas.
Y a raíz de la polémica, el Vaticano encomendó a Charles Scicluna -el arzobispo de Malta, considerado el "mayor experto en crímenes sexuales en el interior de la Iglesia Católica"- que viajara a Chile y Estados Unidos a "escuchar" a quienes cuestionan al actual obispo de Osorno.
Por eso Scicluna se reunirá con Juan Carlos Cruz este sábado en una parroquia de Nueva York.
Y en vísperas de ese encuentro, BBC Mundo habló con Cruz, quien acusó al Papa de faltar a la verdad y también hizo duras acusaciones contra varios miembros del episcopado chileno.
BBC Mundo contactó a cada una de las personas que aparecen nombradas en la entrevista que publicamos a continuación y buscó la versión del Vaticano.
Pero fuentes de la Santa Sede dijeron que no tenían "previsto añadir nada de momento".
Mientras, desde la Conferencia Episcopal de Chile aseguraron que no tienen "comentarios a los asuntos referidos" y desde el Arzobispado de Santiago señalaron que "por ahora el Arzobispo no hará declaraciones al respecto".
-En la última visita a Chile el Papa dijo que la denuncia contra el obispo Barros era una calumnia. Después se disculpó, pero no se retractó de sus declaraciones. ¿Cómo se siente cuando el jefe de la Iglesia católica dice que sus denuncias contra el obispo Barros son falsas?
Me dolió tremendamente en su momento. No solo por mí, sino por tantas otras personas que querían contar su historia. Y cuando ven que el jefe de todo, el Papa, trata así a las víctimas, nadie quiere hablar porque no quieren ser tratados como él ha tratado a otras víctimas.
Es muy tremendo. Es la táctica más antigua de la iglesia, cuando pensábamos que ya habíamos pasado y estábamos en otro terreno, el Papa está echando el reloj para atrás en mucho tiempo.
-José Andrés Murillo, James Hamilton y usted -tres de las víctimas de Fernando Karadima- hicieron una declaración pública después de la visita del Papa a Chile.
En el fondo dijimos que nosotros manteníamos lo que habíamos testificado desde el 2005. Que el obispo Barros veía los abusos como un sicario de Karadima. Que cometía abusos psicológicos también porque literalmente torturaba psicológicamente por orden de Karadima.
No nos van a amedrentar por decir la verdad, aunque sea el Papa.
-¿Le llamó la atención que fuera el propio Papa el que calificara sus denuncias como calumnias?
Sí. Mira, nosotros estamos acostumbrados a que el cardenal Errázuriz -que es de las personas más malas que me ha tocado conocer en mi vida- nos mienta, nos denoste y nos trate mal. Y los obispos de (la parroquia de Santiago) El Bosque, porque no es solo Juan Barros el que veía todo esto, sino también Tomislav Koljatic y Horacio Valenzuela. Entonces no solo era él.
Estamos acostumbrados a que ellos nos denosten y nos mientan y nos traten mal, especialmente el cardenal Errázuriz. ¿Pero oírlo de labios del Papa? eso duele.
-Usted dice que le envió una carta al papa el año 2015 denunciando al obispo Barros por estar presente cuando se producían los abusos por parte de Karadima, por encubrir lo que estaba ocurriendo.
Sí, estaba Barros y Tomislav Koljatic y Horacio Valenzuela, que se han salvado como jabonados, pero igual vamos a testificar en contra de ellos.
Yo tenía una relación especial con Barros porque éramos cercanos. Aparte de torturarme psicológicamente, veía los abusos y además violó mi secreto de confesión con Karadima.
Entonces tenían ahí un arreglín. Barros como era el sicario de Karadima hacía todas estas cosas.
Y además era secretario del cardenal Fresno en esa época, entonces era un hombre poderoso que mantenía a Karadima informado. Él era como una verdadera Gestapo.
-Cuál fue el papel que jugó Barros y qué usted vio con sus propios ojos.
Él estaba parado al lado mío cuando Karadima nos toqueteaba y nos daba besos. Él se daba besos también con Karadima sutilmente y también le tocaba los genitales a la pasada.
Barros participaba de estos consejos que nos hacían. Nos llevaban a una sala y nos torturaban psicológicamente usando todos nuestras debilidades que nosotros le contábamos en confesión a Karadima. Ellos las usaban en nuestra contra y nos amenazaban diciendo que si nosotros no hacíamos ciertas cosas, ellos iban a contar cosas que para nosotros eran humillantes o secretas.
-Y cuáles eran los abusos contra su persona.
Preferiría no hablar de eso porque ya está todo escrito. En ese momento lo que Barros veía eran tocaciones en los genitales.
-¿Cuántos años tenía?
15
-¿Cuándo ocurrieron estos hechos?
En la década de los 80.
-Sobre esta carta donde usted entrega los detalles de la denuncia. ¿Tiene la certeza de que llegó a manos del Papa?
Marie Collins -de la comisión- se ofreció para llevar la carta. Marie y otros cuatro miembros de la comisión fueron a hablar con el cardenal O'Malley, quien es asesor del Papa y presidente de la Comisión de Prevención de Abusos, y O'Malley se ofreció para entregarle la carta al papa en sus manos.
O'Malley le dijo a Marie y las otras cuatro personas que le había entregado la carta al Papa.
Después que el Papa vino a Filadelfia, O'Malley me llamó y, entre otras cosas, me dijo que le había entregado la carta.
-Pero públicamente el cardenal O'Malley nunca ha ratificado que él le entregó personalmente la carta que usted le escribió al Papa.
No. No ha querido hablar. Es que lo pone en una situación bien incómoda porque si O'Malley se le entregó al Papa y el papa la leyó, entonces queda mal con el Papa.
Ahora, si él se la entregó al Papa y él no la leyó, entonces no puede echar al agua a su jefe.
-Sería un conflicto entre él y su jefe.
Es que ahí están esas lealtades mal entendidas en que no importa el crimen, hay que protegerse entre ellos.
-¿Qué le parece el rol que ha jugado el cardenal O'Malley?
Me parece bien. Yo lo agradezco. Queriendo o no queriendo, nos ha hecho un bien.
-Si O'Malley le dijo a usted que le entregó la carta con su denuncia al papa? entonces aquí hay alguien que estaría mintiendo. ¿Quién está mintiendo?
El Papa. Pienso que desgraciadamente el Papa está mintiendo. Puede ser que no haya leído la carta, pero eso me parecería muy raro.
Primero porque se la entrega O'Malley diciéndole que viene de parte de los miembros de la comisión, que es de Juan Carlos Cruz.
El tema era absolutamente espinudo en el Vaticano. Entonces me extraña mucho que una carta entregada por el cardenal O'Malley al Papa y que el Papa la haya guardado con las 8.000 cartas que le llegan? me parece raro.
No porque yo sea más importante que nadie, pero el tema era muy importante. Y al ser entregada por su asesor más directo, no me cabe duda que la leyó.
-¿Entonces usted diría que el papa es un mentiroso?
Digo que el papa faltó a la verdad.
-El 17 de febrero usted se va a reunir con el cardenal Charles Scicluna.
Va a venir a Nueva York
-¿Qué espera de esa reunión?
Él me llamó de parte del Papa. Me dijo que había hablado con el Papa y que no quería entrevistarme por Skype porque a él le gustaba conversar cara a cara y que prefería venir a Filadelfia o donde yo le dijera.
Yo le dije que bueno, que estaba encantado y que me gustaría hablar con él cara a cara.
Él ha sido súper amable, me mandó su itinerario y nos vamos a juntar en una parroquia de Manhattan y yo voy a ir a testificar delante de él.
-Entonces Scicluna va a tomar su testimonio y luego se va a reunir con los otros dos denunciantes en Chile.
Con los otros dos y creo que hay un montón de gente que está pidiendo hablar con él.
-Scicluna va a "escuchar" los testimonios, pero el Vaticano no ha dicho que vaya a abrir una investigación formal.
Bueno yo no sé, eso es lenguaje del Vaticano, pero yo creo que cuando mandan al investigador número uno del Vaticano, que ya destrozó a Maciel, que ha estado en los casos más importantes, entonces no creo que sea chacota, no es chiste.
-Y cuál debería ser el resultado final después de que se recojan los testimonios
Yo espero que luego saquen a Barros. En el mundo ideal que saquen a Barros, y que Tomislav Koljatic y Horacio Valenzuela también salgan, porque vieron lo mismo que Barros y que eviten que el cardenal Errázuriz y Ezzati, pero Errázuriz en especial, siga mintiendo y siendo un verdadero criminal.
-Con todo lo que ha ocurrido. ¿Usted dejó de ser católico? ¿Perdió la fe?
No. Yo sigo siendo católico. Voy a misa todos los domingos. Yo quiero a mi iglesia, tengo grandes amigos sacerdotes y sé que hay muchos más sacerdotes buenos que malos. Yo no voy a dejar que ellos me ganen, ni que me quiten la fe en dios.