En plena crisis de la Iglesia Católica en Chile, el Arzobispado de Santiago aumentó sus ingresos en 2018 en comparación a años anteriores.
El año pasado, los recursos recibidos alcanzaron una total de $11.648 millones, mientras que en 2017, $11.074 millones: casi $600 millones más que en 2018. En tanto, en 2016, se obtuvieron $10.337 millones de ingresos.
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Según precisó El Mercurio, estos dineros corresponden solo al patrimonio de la arquidiócesis, sin contar los recursos que manejan los colegios y congregaciones religiosas.
Del total de los ingresos recibidos en 2018, un 42% llegó por proyectos pastorales que incluyen donaciones privadas y la campaña de la Cuaresma.
Por otra parte, un 31% proviene de arriendos que realizó la institución, mientras que un 27% se recaudó de la campaña del 1% del año pasado, compromiso que asumen cientos de fieles de entregar dicho porcentaje de sus ingresos mensuales a la Iglesia Católica.
Respecto de los gastos, estos aumentaron en 2018 donde se ocuparon $11.644 millones. De esta cifra, un 76% se destinó a actividades solidarias y pastorales.
Uno de los gastos que tuvo que hacer la institución este año, precisa el matutino, es el pago de la indemnización a las víctimas de Karadima, el que alcanzó los $440 millones. Según afirmó Mauricio Domínguez, ecónomo del Arzobispado de Santiago, esta retribución se efectuó “de los ingresos obtenidos por el arriendo de propiedades”.
