El Arzobispadode Santiago hizo pública una declaración en que niega las acusaciones del presunto encubrimiento al ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima, y al entonces vicario, Diego Ossa.
El comunicado sucede a raíz de dos cartas que se publicaron en lunes en The Clinic, donde el cardenal Francisco Javier Errázuriz entrega recomendaciones a Karadima, y a Ossa, en medio de las acusaciones de abuso sexual contra ambos religiosos.
Sin embargo, el Arzobispado de Santiago indicó que "ninguno de los antecedentes aportados por los demandantes es prueba de encubrimiento de los abusos sexuales de Karadima y creemos que así se concluirá en el juicio ante el Ministro Señor Muñoz".
"La carta dirigida por el Cardenal Errázuriz a Karadima el año 2006 (cuatro años antes de la condena eclesiástica y cinco años antes del fallo de la Ministra González) tenía por único objeto persuadir a Karadima de que abandonara el cargo de párroco al cumplir los 75 años de edad, en conformidad a la norma canónica. Karadima le decía al Cardenal que eso se vería como un castigo y el Cardenal le señala que no lo es y cómo evitar que se entienda así. Tal como consta en el proceso, en ese momento, el Cardenal Errázuriz aún no contaba con los antecedentes que le permitieran confirmar la veracidad de las denuncias, por lo que la salida del cargo de párroco estuvo motivada por sus 75 años. No hay encubrimiento alguno", señala el comunicado.
En cuanto a la carta dirigida a Ossa en 2010, el Arzobispado señala que "no tuvo por objeto indicarle la explicación del pago a Oscar Osbén. Había sido el padre Diego Ossa quien había insistido que era una obra de misericordia y no otra cosa. La carta del Cardenal Errázuriz tuvo por único objeto reprocharle al padre Ossa que haya sido él mismo quien haya salido a defenderse y no lo hiciera su abogado, lo que era más adecuado. Es muy importante tener presente que a esa fecha, julio del año 2010, el Cardenal ya había concluido la investigación y enviado los antecedentes a Roma, pidiendo que el tribunal competente lo sancionara levantando la prescripción. Por consiguiente, sería contradictorio que, por un lado el Cardenal Errázuriz estuviera pidiendo la sanción a Karadima y, al mismo tiempo, por el otro lado, encubriendo sus abusos".