Laura Almendares, académica de la Facultad Tecnológica de la Universidad de Santiago, logró —tras tres años de trabajo— desarrollar un líquido que alarga la vida de tunas expuestas a condiciones naturales.
Según detalla Almendares a el diario Las Últimas Noticias, todo nació cuando agricultores "nos preguntaron qué podíamos hacer para darle mayor valor a la tuna. Nuestra idea fue buscar una fórmula para que se pudiera vender pelada y lista para servir, pero su inestabilidad era un tema muy complejo".
Tras el desarrollo del líquido, que alargó la vida de una tuna pelada en refrigeración hasta 40 días, decidieron aplicarlo a un producto más masivo. Fue así como descubrieron que tras aplicarlo a una palta neutralizaban la tendencia de ésta a ponerse negra tras ser partida. Con el componente, "el oro verde" extendía su vida por 30 días.
Aunque por temas de patentes pendientes no puede dar a conocer los componentes, Almendares destaca que el líquido es incoloro y sin sabor, por lo que no afecta el consumo de los productos.
