Yemen, el país donde el 80% de la población necesita de ayuda alimentaria
La devastación de Yemen, a un año del inicio de la guerra, ha dejado a casi la mitad de la población del país más pobre del mundo árabe en riesgo de hambruna.
Y este es apenas uno de los efectos de un conflicto que ha hecho que el país retroceda décadas en su desarrollo.
La guerra ha dejado unos 6.400 muertos, 2,5 millones de desplazados y, según datos de Naciones Unidas, necesita ayuda humanitaria alrededor del 80% de la población, unos 20 millones de personas.
El riesgo de malnutrición severa se ha duplicado en apenas 12 meses y alrededor de 14 millones de yemeníes dependen de ayuda alimentaria.
Y no sólo se trata del impacto que la guerra ha tenido en la producción de alimentos.
Los precios de los productos de primera necesidad se han disparado debido al bloqueo comercial de Arabia Saudita.
Esto en un país que importa el 90% de los alimentos que consume.
No sorprende entonces que el riesgo de hambruna acose a casi la mitad de la población, según estimados de la ONU.
Naciones Unidas resalta que la necesidad de ayuda alimentaria es urgente.
Bettina Luescher, del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, destaca que han tenido que reducir cada ración de alimento a un 75% de lo normal para garantizar que más personas coman.
"Es un dolor intenso"
Ahmed Sharif es un residente de la comunidad de Kawkaban, una ciudad antigua fundada en una colina.
Sharif desciende de los restos de una edificación que hasta ahora había sobrevivido más de 1.400 años para mostrar a la BBC la destrucción causada por un bombardeo de aviones sauditas en febrero pasado.
El hermano de Sharif fue una de las víctimas. "Es todo lo que quedó de él", comenta señalando restos de ropa en los escombros.
La ONU señala que la mayoría de los muertos civiles –unos 3.200- son víctimas de los bombardeos de la coalición liderada por Arabia Saudita.
Un panel de la ONU acusó a los sauditas y sus aliados de bombardear objetivos civiles como escuelas, centros de salud, campamentos de desplazados y hasta eventos familiares, como bodas.
Arabia Saudita ha dicho que hace todo lo posible por evitar objetivos civiles.
Pero esto no es consuelo para víctimas como Abdel Bari Omar, a quien la enviada especial de la BBC, Orla Guerin, entrevistó en la capital, Saná.
Bari Omar sobrevivió a un bombardeo en las afueras de la ciudad el mes pasado. El ataque lo dejó con el 40% de su cuerpo con quemaduras graves.
"El dolor es tan intenso que sólo Dios lo puede saber. Cada vez que me muevo, es agonizante. Temo que el dolor me cause un ataque cardíaco".
Su otra preocupación es que sus hijos pasen a ser parte del 80% de la población que necesita de ayuda alimentaria, ahora que no puede ganar el sustento de su familia.
Un conflicto olvidado
La guerra, las muertes y la destrucción en los últimos 12 meses en Yemen han recibido relativamente poca atención por parte la comunidad internacional.
"Yemen ya era un país olvidado antes de que se intensificara el conflicto", dice Van der Klaauw, funcionario de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Van der Klaauw cree que la crisis humanitaria allí no ha recibido la atención que merece porque los yemeníes no están migrando hacia Europa.
"Es claro que la comunidad internacional, y en particular Europa, está movilizando más apoyo para los sirios e iraquíes porque están llegando en masa a sus costas. Si los yemeníes estuvieran haciendo lo mismo, habría más atención a la crisis en Yemen", expresó el funcionario.
Naciones Unidas ha apelado a la comunidad internacional para que otorgue fondos por valor de US$1.800 millones para garantizar alimentos, agua y ayuda sanitaria, pero hasta ahora sólo ha recaudado un 12% de esa suma.
¿Cese el fuego?
La ofensiva de Arabia Saudita y sus aliados busca restaurar al depuesto presidente Abed Rabbu Mansour Hadi y sacar del poder a los rebeldes chiitas hutíes que lo derrocaron.
Riad sostiene que los hutíes son marionetas de Irán, su rival en la región.
Se esperan nuevas conversaciones en este mes y un posible cese el fuego.
Pero una eventual solución al conflicto llegaría muy tarde para personas como Mohammed, un niño que sufrió quemaduras graves cuando su casa fue objeto de un ataque de aviones sauditas.
"Vi una bola de fuego y comencé a gritar. Mi abuelo y mis dos tíos murieron. Dios mediante, pronto podremos tomar venganza contra nuestros enemigos".
Mohammed tendrá que vivir el resto de su vida con las huellas de esta guerra.