por Hwang Sung-Hee
AFP
Washington y sus aliados asiáticos respondieron a los programas balístico y nuclear norcoreanos atacando las finanzas del régimen más aislado del mundo, sin esperar el resultado de las discusiones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre nuevas sanciones.
Cientos de camiones surcoreanos atravesaron el jueves por la mañana la frontera con el Norte para recuperar equipamientos y bienes producidos en el complejo industrial intercoreano de Kaesong, que Seúl decidió cerrar unilateralmente.
Por su parte, el Senado de Estados Unidos adoptó el miércoles por la noche nuevas sanciones unilaterales, tras una medida similar decretada por Japón.
Seúl calificó de "inevitable" el cierre de la zona industrial de Kaesong, uno de los últimos proyectos conjuntos entre ambas Coreas y presentado en 2004 como el símbolo de la "reconciliación".
El gobierno surcoreano acusó el miércoles a Pyongyang de haber utilizado cientos de millones de dólares de divisas recaudadas en Kaesong para financiar sus programas de armamento.
La asociación que representa a 124 empresas industriales surcoreanas, que emplean a 53.000 norcoreanos en Kaesong, consideraron "injusto" el cierre del complejo.
"Es como si nos ordenaran saltar de un acantilado", denunció el presidente de esta asociación, Jeong Gi-Seob.
La zona de Kaesong siempre se ha presentado como una fuente clave de divisas extranjeras para Pyongyang, pero también representa, desde su apertura, un chollo para las empresas surcoreanas, que disponen de una mano de obra norcoreana más barata y cuentan con numerosos beneficios fiscales.
Seúl aboga ahora por repatriar a sus empresarios, aunque, en septiembre de 2014, Pyongyang elaboró un nuevo proyecto de reglamento en virtud del cual podría detener a los hombres de negocios surcoreanos en caso de disputa comercial. Corea del Sur rechazó este planteamiento.
"Mentiría si dijera que no estaba preocupado por mi seguridad", confiesa Yoon Sang Young, responsable de una empresa textil, que se disponía a acudir a Kaesong. "Ignoro cuál es la situación en el complejo, no sé si los obreros norcoreanos están allí", añadió.
Kaesong fue resultado de la "diplomacia del rayo de sol", conducida por Corea del Sur de 1998 a 2008 para alentar los contactos entre ambos hermanos enemigos, y se ha mantenido bastante al margen del conflicto entre ambos.
Pyongyang no había reaccionado todavía el jueves por la mañana al cierre de Kaesong.
El subsecretario de Estado norteamericano para Asia, Daniel Russel, estimó que la decisión de Seúl era un "indicador incontestable de la gravedad con la que observan las provocaciones" norcoreanas.
Tras llevar a cabo el 6 de enero su cuarto ensayo nuclear, Corea del Norte disparó el domingo un cohete, en violación de varias resoluciones de Naciones Unidas.
Russel urgió a trabajar todavía más para convencer a los dirigentes norcoreanos de que "no podrán entrar en el sistema económico internacional (...) mientras Corea del Norte continúe con sus programas nucleares y balísticos".
El Senado de Estados Unidos adoptó el miércoles por la noche por unanimidad una ley que hace obligatorias las sanciones existentes contra toda persona o empresa que ayude al régimen de Pyongyang, especialmente en lo que refiere a adquirir materiales para fabricar armas de destrucción masiva.
Japón también anunció nuevas sanciones, entre ellas la prohibición para los buques norcoreanos, "incluso aquellos de carácter humanitario", de acceder a los puertos japoneses.