El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió este viernes sus polémicas palabras sobre los no vacunados, a quienes dijo querer hacerles la vida imposible, y subrayó que le correspondía dar la voz de alarma para hacer avanzar la situación en un país que vive un incremento sin precedentes en los contagios por SARS-CoV-2 y una tasa de vacunación estancada en el 74 por ciento con dos dosis.
"Creo que era mi responsabilidad dar un poco la voz de alarma, es lo que hice esta semana, para que las cosas puedan avanzar más rápidamente", dijo en una conferencia de prensa conjunta con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
El presidente dijo ser consciente de que "expresiones que son coloquiales" puedan parecer sorprendentes, pero las asumió "por completo”. Agregó que la verdadera fractura en el país está provocada por quienes "hacen un eslogan de una libertad que se convierte en una irresponsabilidad".
Macron desató una tormenta política en Francia después de afirmar el martes en una entrevista en el diario Le Parisien que tenía ganas de "fastidiar" hasta el final a los no vacunados, según una traducción elegante del verbo "emmerder".
Esas palabras le valieron las críticas de toda la oposición, desde la izquierda a la ultraderecha, a tres meses de las elecciones presidenciales, que tienen caldeados los ánimos políticos en el país.
Vacunar, vacunar, vacunar
Macron dijo también el martes que cuando la libertad de uno amenaza la del resto esa persona se convierte en un irresponsable y, en su opinión, "un irresponsable deja de ser ciudadano".
Las personas no vacunadas "no solo ponen en peligro la vida del resto, sino también limitan la libertad de los demás y eso no puedo aceptarlo", subrayó este viernes Macron, reiterando que su estrategia para salir de la crisis sanitaria pasa por "vacunar, vacunar, vacunar".
"Tengo muchas ganas de fastidiarlos": la combativa frase de Macron contra quienes aún no se vacunan
El jefe de Estado subrayó que la imposición de restricciones a quienes no están inmunizados es una estrategia extendida en Europa. "Es un movimiento completamente europeo. La mayor parte de países ponen restricciones a la vida social diciendo que si no estás vacunado no tienes acceso a tal lugar o tal actividad", añadió desde el Elíseo.
Macron consideró que está obligado a adoptar este tipo de actos por quienes sí han hecho el esfuerzo de vacunarse y por quienes "se dejan llevar por discursos oscurantistas, de miedo, y no se protegen, cuando la ciencia, la investigación y la excelencia tecnológica europea sí lo permiten".