Un volcán situado a una centena de kilómetros de Tokio entró en erupción por primera vez en cuatro años, y lanzó una columna de humo y cenizas de unos dos kilómetros de altura.
El monte Asama, a unos 140 kilómetros al noroeste de la capital japonesa, estalló en la noche y por eso la agencia nacional de meteorología elevó el nivel de alerta a grado tres -sobre una escala de cinco- y pidió que las personas se mantengan alejadas del cráter.
De acuerdo con los especialistas, la caída de rocas y flujos de gas caliente podrían afectar un área de cuatro kilómetros a partir del cráter, al tiempo que ciudades vecinas podrían registrar pequeñas piedras y cenizas.
Monte Asama estalló por última vez en junio de 2015, y en esa oportunidad no se registraron personas heridas.