Este fin de semana se registró un bombardeo israelí cerca de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. Producto del ataque, fallecieron 45 personas, según las autoridades.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó el bombardeo como un “accidente trágico”.
"En Rafah evacuamos a un millón de residentes que no están implicados y, a pesar de nuestros esfuerzos, ayer (domingo) se produjo un trágico accidente", declaró Netanyahu ante el Parlamento y añadió que su gobierno investiga lo sucedido.
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El relato de las víctimas de Rafah
"Las personas no fueron heridas ni asesinadas: fueron carbonizadas", lamenta Mohamad Hamad, al día siguiente del sangriento bombardeo israelí que golpeó un campo de desplazados en Rafah, en el sur del territorio palestino.
Hamad relata que “la hija de mi primo, una niña de 13 años como máximo, fue una de las 'mártires'. Tenía los rasgos irreconocibles porque la metralla le arrancó la cara”.
El bombardeo desencadenó un incendio que arrasó el campo de desplazados de la zona de Tal Al Sultan, que albergaba a habitantes de Gaza que habían huido de los más de siete meses de guerra entre el ejército israelí y los movimientos armados del estrecho territorio palestino.
"Cuando escuchamos el ruido (de la explosión), el cielo se iluminó de repente", contó a AFP Mouhanad, un desplazado palestino que vio la tragedia.
"Vimos cuerpos carbonizados y miembros desmembrados tras el uso de (...) misiles que provocaron un incendio masivo", declaró a AFP Mohamad al Mughayyir, jefe de la agencia de protección civil de Gaza. "Entre los muertos había personas desmembradas, niños, mujeres y ancianos", afirmó.
En la clínica de Tal al Sultan, un hombre llora a su hermana, Yasmine Miqdad, muerta en el ataque. "Estaba embarazada de siete meses, su recámara fue bombardeada", dice Ahmed Miqdad a AFP.