Martirizada por la pandemia, España recordó este jueves a las víctimas del coronavirus en una solemne ceremonia de Estado con presencia de dirigentes europeos y de la OMS, justo cuando el país trata de frenar una nueva aceleración de los contagios.
"Ha sido muy duro, nos hemos sentido impotentes, con una sensación brutal de incertidumbre (...) hemos dado todo lo que teníamos, hemos trabajado al límite de nuestras fuerzas", dijo en la ceremonia Aroa López, enfermera del hospital Vall d'Hebron de Barcelona, refiriéndose a los miles de profesionales sanitarios que dieron la batalla contra la enfermedad.
"Hoy, simbólicamente, nos despedimos de madres, padres, hijos, hermanos, amigos; tomamos sus manos, acariciamos sus mejillas, besamos su frente, registramos en nuestra corazón su mirada", dijo en otro discurso Hernando Calleja, hermano de José María Calleja, un conocido periodista español fallecido en abril de coronavirus.
El acto, de carácter civil, tuvo lugar en la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid.
Estuvo presidido por el rey Felipe VI, quien en su discurso se dirigió a los familiares de los fallecidos para decirles que "no están solos en su dolor, es un dolor que compartimos, su duelo es el nuestro".
"Este acto no puede reparar el dolor de muchas familias por no haber podido estar a su lado [el de sus parientes] en las últimas horas (...) pero sí hacer justicia a su vida, a su contribución a nuestra sociedad, a su memoria", añadió el monarca.
En el homenaje participaron también el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli; el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; y el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Los responsables, así como el gobierno español al completo, hicieron una ofrenda floral en un pebetero con el 'Adagio para cuerdas' de Samuel Barber de fondo.
El gobierno de Pedro Sánchez, muy criticado por la oposición por su gestión de la crisis, decretó también a finales de mayo diez días de luto nacional por las víctimas, el duelo más prolongado desde el restablecimiento de la democracia en el país, en 1977.