En noviembre de 1999, Elizabeth Brotons, madre de Elián González, abordó un bote de aluminio junto a su hijo y otras once personas, con el fin de llegar a Miami desde Cuba.
El viaje, que fue realizado de forma ilegal, tuvo un final trágico, cuando el navío falló a mitad de camino, lo que resultó en la muerte de Elizabeth y otras ocho personas.
Fue ahí cuando comenzó la historia de Elián González. El joven, que en ese entonces tenía seis años, llegó, tras varios días a la deriva junto a otras tres personas, a las costas de Florida, donde fueron rescatados por dos pescadores y entregados al Gobierno de Estados Unidos.
En ese entonces funcionaba una ley conocida como “pies mojados, pies secos”, la que indicaba que aquellos cubanos que alcanzaran las costas de EE.UU. podrían solicitar asilo político y aquellos que fuesen encontrados en el mar, serían devueltos a Cuba.
Ahí que comenzó el conflicto, ya que las autoridades del Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos (INS), indicaron que lo que hizo la madre de Elián “fue un secuestro”, motivo por el que debían regresarlo a su padre en Cuba. Mientras tanto, activistas de Derechos Humanos y detractores del régimen castrista pedían asilo para el pequeño. Durante todo esto, Fidel Castro fue parte de los movimientos que se gestaron en La Habana que solicitaban la vuelta del niño a Cuba.
El 22 de abril del año 2000 y tras meses de conflicto legal, el Departamento de Justicia de EE.UU. ordenó sacar a Elián a la fuerza de la casa de los familiares con los que se estaba quedando.
Tras, el hecho, hubo una multitud de recursos de amparo de distintos sectores. Pese a ello, la Corte Suprema de Estados Unidos le denegó la estadía en el país y el 28 de junio del año 2000 fue enviado en un avión de la FFAA de EE.UU. a La Habana, donde lo esperaban con honores de Estado.
Tras su llegada a Cuba, Fidel Castro se hizo parte activa de la vida de Elián. En el año 2006, mientras el joven vivía con familiares en la ciudad de cubana de Cárdenas, Elián asistió a la inauguración del “Museo de la Batalla de Ideas”, lugar en el que hay una sala dedicada al conflicto por la potestad del pequeño, la que fue ganada por Cuba.
Fue durante ese año que ocurrió el primer encuentro oficial entre Castro y el niño, el que admitió, años más tarde, que “sintió cierta incertidumbre por conocer al migo que, según le decía su padre, había hecho posible que estuvieran juntos otra vez”, consignó El Telégrafo.
De acuerdo a lo que explicó el joven en una entrevista “el encuentro ocurrió cuando terminaba el primer grado, momento en el cual Fidel le obsequió un libro de La Edad de Oro, una caja de bombones, e hizo una broma al respecto, y de esta forma ganó su confianza”.
González, ya con 22 años manifestó que, en esa ocasión, “quedó muy impresionado con su estatura gigante, su barba blanca y traje verde”.
Agregó que “Fidel comenzó siendo un padre para él, hasta convertirse en un amigo, a quien le mostraba todos sus logros y quería hacer sentir orgulloso”.
De acuerdo al joven, quien desde 2008 milita en la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, “son muchas las cosas que me quedaron por mostrarle”, tras la muerte del líder comunista este viernes 25 de noviembre.
Mira la entrevista a continuación:
Tras la muerte de Fidel Castro se decretaron nueve días de duelo nacional en Cuba. Sus cenizas serán expuestas el lunes y el martes en el memorial José Martí en la Plaza de la Revolución de La Habana, donde la población podrá rendirle homenaje, de acuerdo a lo que señaló el comunicado oficial del Gobierno.