Un cacerolazo y la masiva presencia de manifestantes frente a la Casa Blanca desafiaron este martes el comienzo de la tercera jornada de toque de queda en la capital estadounidense, escenario de disturbios en los últimos días que han obligado al despliegue de tropas de la Guardia Nacional.
Justo a las 19:00 hora local cuando daba inicio la restricción en el Distrito de Columbia -donde está Washington- las cacerolas empezaron a sonar en algunas zonas, en respuesta a una convocatoria que circuló en redes sociales, con la intención de sumarse a las protestas por la muerte, hace ya una semana, del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco.
Mount Pleasant, DC has had an hour-long pot banging session post-curfew and it’s only getting louder pic.twitter.com/06nX95u4kQ
— Ishaan Tharoor (@ishaantharoor) June 3, 2020
"Esta noche. 7pm. Consigue tus ollas, consigue tus cucharas, dirígete a una ventana o balcón abierto, golpea como el infierno", se leía en uno de los mensajes en Twitter, cuyo autor explicaba que "se llama cacerolazo".
La propuesta surgió aparentemente de la pregunta de otra persona sobre la forma más segura para unir sus voces durante la noche y enviar el mensaje de apoyo al lema que los manifestantes repiten en distintos puntos del país: "sin justicia no hay paz". Y la propuesta tuvo buena acogida, pues en varios vídeos subidos en las redes sociales se escuchaban las cacerolas.
People in Washington, DC, are banging pots and pans outside their windows 30 minutes into today’s curfew. This is a common protest method in Latin America, especially Brazil, where it is known as “panelaço.” pic.twitter.com/gbb35xc7ox
— Paul Kiernan (@pkwsj) June 2, 2020
Mientras la mayoría de los habitantes de Washington DC acataban la orden de permanecer en casa debido al toque de queda, otros miles decidieron quedarse en los alrededores de la Casa Blanca.
El parque de Lafayette Square -de donde este lunes fue dispersados los manifestantes con gases lacrimógenos para que el presidente estadounidense, Donald Trump, pudiera cruzar a pie la plaza y hacerse una foto delante de una iglesia- estaba repleta cuando el reloj marcó la 19.00 horas y los presentes parecían poco dispuestos a retirarse en cumplimiento del toque de queda.