Autoridades en Estados Unidos siguen investigando cómo una pareja de California arrestada bajo sospecha de tortura pudo mantener a sus 13 hijos, de dos a 29 años, desnutridos y confinados durante años en su casa sin que nadie se diera cuenta.
David Turpin y su esposa Louise, de 57 y 49 años respectivamente, hasta ahora "no pudieron proporcionar una razón lógica" de por qué muchos de sus hijos fueron encontrados encadenados a sus camas en la oscuridad y en medio de un hedor pestilente, dijo la policía en un comunicado.
Fue una de las hermanas, de 17 años, quien puso fin a la pesadilla. Logró escapar y llamó el domingo por la mañana al número de emergencia 911.
La adolescente, que según la policía estaba tan "demacrada" que parecía tener apenas 10 años, "afirmó que sus doce hermanos y hermanas fueron mantenidos cautivos dentro de la residencia por sus padres, precisando que algunos de ellos estaban atados con cadenas y candados".
Al llegar, la policía pensó que las 12 personas "desnutridas y muy sucias" eran menores de edad, pero luego comprobó que siete eran adultos de entre 18 y 29 años.
Las víctimas recibieron comida y bebida tras afirmar estar "hambrientos". Todos fueron llevados luego a hospitales para una revisión médica y tratamiento.
La pareja fue arrestada y encarcelada por torturar y poner en peligro a sus hijos, y se fijó una fianza de nueve millones de dólares por cada uno para su eventual liberación, dijo la policía.
Los padres de Turpin, que viven en el estado de West Virginia (este), dijeron a ABC News que estaban "sorprendidos y conmocionados", pero que no habían visto a su hijo o a sus nietos en cuatro o cinco años, aunque hablaban por teléfono con la pareja.
Los abuelos dijeron que los niños no iban a la escuela y que recibían educación en casa, con mucho énfasis en la religión. Agregaron que los padres los incentivaban a memorizar los textos de la Biblia.
"Cosa 1", "Cosa 2", "Cosa 3"
La casa de estilo español donde se hallaron las víctimas está en un barrio de clase media de Perris, una localidad a unos 100 km al sureste de Los Ángeles.
Tres automóviles y una camioneta con vidrios polarizados fueron encontrados en el lugar, en uno había incluso un asiento para niños.
En una página de Facebook bajo el nombre de David-Louise Turpin se puede ver a la familia asistiendo a varias ceremonias de matrimonio entre 2011 y 2016.
En el último bloque de fotos, publicado entre abril y julio de 2016, Louise luce un largo vestido de novia blanco y su esposo viste un traje. Un imitador de Elvis Presley sostiene un micrófono y posa con la pareja y sus hijos en una escena que recuerda a una boda en Las Vegas.
Nueve niñas, todas con cabello largo y oscuro, llevan vestidos fucsia iguales con medias blancas, mientras que una niña tiene puesto un vestido rosado brillante. Tres niños, con el pelo oscuro con un corte taza como David Turpin, visten trajes con corbatas rojas.
Una fotografía de abril de 2016 muestra a los mismos niños sonrientes y a la pareja con jeans y camisetas rojas que dicen "Cosa 1", "Cosa 2", "Cosa 3", etc.: una versión de los hermanos traviesos del popular libro de Dr. Seuss "El gato en el sombrero".
En otra imagen de septiembre de 2015, Louise sostiene a un bebé con una camiseta que dice "Mamá me ama".
David Turpin aparece en registros estatales como director de un colegio privado inaugurado en 2011, pero su dirección coincide con la de la residencia de los Turpin y sus hijos aparentemente eran escolarizados en casa.
Una familia extraña, según vecinos
Los Angeles Times reportó que la pareja había vivido en Perris desde 2010, luego de mudarse de Texas y que se declaró dos veces en bancarrota por deudas de entre 100.000 y 500.000 dólares.
"Parecían personas muy normales que caían en problemas financieros", dijo Ivan Trahan, el abogado que los representó en 2011, cuando David trabajaba como ingeniero para el contratista de defensa Northrop Grumman, con un sueldo anual de 140.000 dólares.
El mismo medio recogió testimonios de vecinos que describieron a los Turpin como personas con extrañas. “Sólo salían de noche (…) Eran como vampiros, muy pálidos”, dijo Andria Valdez.
Otra mujer dijo que los niños siempre lucían pálidos y demacrados, y que en octubre pasado le llamó la atención ver a cuatro de ellos en el antejardín bajo vigilancia de la madre. "Estaban de rodillas, dando vueltas sobre el pasto. La mamá estaba parada en la entrada, como custodiándolos. La saludé y ninguno de ellos se dio vuelta ni a mirar, como si les hubieran ordenado que no hablaran con nadie", dijo Wendy Martínez.
Agregó que una vez también vio a algunos de los hijos varones revisando tarros de basura de casas vecinas, aparentemente buscando comida.
"Todo lo relacionado a esa familia era extraño. Me solía preguntar por qué, si había tantos niños en la casa, nunca se los veía salir a jugar. Uno se daba cuenta de que algo mal andaba, pero nunca algo tan grave", dijo Martínez.
Otra vecina, Jamelia Adams, estaba impactada. "Es realmente muy, muy triste", dijo. "Aquí hay un vecindario hermoso, autos nuevos en el patio, y algunos niños de 29 a dos años eran mantenidos cautivos, desnutridos y sucios. Es desgarrador".
Otro vecino, Julio Reyes, de 38 años, dijo: "Vimos a un par de adolescentes cortar el césped el año pasado y, sabes, pusieron decoraciones navideñas. Nunca pensé que algo así podría pasar".
El caso de los Turpin recuerda otras casas del horror.
En mayo de 2013, Ariel Castro de Cleveland fue arrestado tras secuestrar a tres jóvenes que violó repetidamente durante una década.
En 2009, Jaycee Dugard fue rescatada en California luego de ser plagiada con 11 años de edad y reiteradamente violada durante 18 años por Phillip Garrido.