Tres vacas que habían quedado atrapadas sobre un montículo de hierba después del terremoto del domingo en Nueva Zelanda, fueron finalmente rescatadas.
La imagen dio la vuelta al mundo por lo asombrosa y como un registro gráfico de la fuerza del movimiento de tierra que afectó a la isla sur del país.
Un equipo de prensa que recorría en helicóptero la zona de Kaikoura grabó a los bovinos atrapados en el pequeño montículo, mientras el terreno de alrededor colapsó varios metros por debajo.
Después de que las imágenes llegaran a la televisión y los medios digitales, la pregunta era qué había ocurrido con los animales.
El rescate
Un granjero local confirmó este martes que habían logrado rescatar los animales y trasladarlos a otro campo. Dijo que antes de sacarlos de allí dieron agua a los animales, dos vacas y un ternero, porque estaban sedientos.
Con la colaboración de varios voluntarios, palearon tierra para construir una pista por la cual las vacas pudieron salir.
Otros 11 bovinos también lograron ser rescatados de la zona. Sin embargo, una gran mayoría murió a causa de los deslizamientos de tierra.
“Toda la ladera cayó durante el terremoto y teníamos un montón de vacas allí. No sabemos lo que tenemos ahora", dijo el hombre a Newshub.
Dijo también que había algunas hembras preñadas, que por la angustia y el estrés parieron antes de tiempo y perdieron a sus crías.
Una línea de falla se activó por el terremoto y corrió a lo largo de la granja. “Era un hermosa zona elevada de piedra caliza muy escarpada y cubierta de pasto hace una semana, y ahora está toda en el barranco", describió.
Terremoto menos dañino
El terremoto magnitud 7,5 grados Richter que el domingo afectó a Christchurch provocó intensos movimientos de tierra y un pequeño tsunami, además de agrietar carreteras y casas. Hubo dos muertos.
Posteriormente se produjeron centenares de réplicas fuertes –una de 6,3 Richter- que provocaron cortes en el suministro eléctrico y en el servicio de agua potable.
El terremoto fue mucho menos dañino que uno mucho más pequeño y superficial que en 2011 devastó la ciudad y mató a 185 personas.
En nueva Zelanda viven 4,7 millones de personas y la actividad ganadera mantiene un total de 10 millones de bovinos.