¿Cómo te sentirías si te contáramos que en el 2018 un virus que se propagó desde Alemania y Venezuela terminó dejando más 150 millones de personas muertas en el planeta tras un año?
Bueno, si no tienes idea de eso, no te preocupes, pues solo fue una simulación de la Universidad Johns Hopkins, en la que advertía que el mundo no estaba preparado ante la aparición de una pandemia mundial.
El ejercicio sobre la pandemia “Clade X” fue llevado a cabo por el Centro Jonhs Hopkins para la Seguridad de la Salud, el 15 de mayo de 2018 en Washington, DC y buscó ilustrar decisiones y políticas estratégicas en las altas cúpulas de Estados Unidos para prevenir una crisis sanitaria a nivel local o disminuir los impactos si las medidas preventivas fallaban tanto en el país norteamericano como en el resto del mundo.
La simulación iniciaba con el brote de una nueva grave enfermedad respiratoria en Alemania y Venezuela y que, con el paso del tiempo, es identificada como Clade X, una nueva cepa del virus de la parainfluenza humana y que poseía elementos genéticos del virus Nipah.
Semanas después, un pequeño grupo se adjudica la propagación intencional de la enfermedad, pues estaban empeñados en reducir la población humana; algo que luego sería confirmado por autoridades en diversos puntos del país.
Mientras los contagios seguían aumentando, la comunidad internacional se volcó intentar encontrar una cura, pero no la encontraban y Estados Unidos comienza a registrar brotes de contagio.
Junto con eso, en la simulación se establece que, tras un año, 150 millones de personas fallecen a causa de la enfermedad, de las cuales 15 millones ocurren en Estados Unidos.
Luego de realizar el simulacro, se estableció que había recomendaciones que seguir, local e internacionalmente, para poder evitar un escenario catastrófico como el anteriormente expuesto.
En esa línea, se establecieron seis puntos que podían ser de vital importancia para hacer frente a una pandemia mundial.
Las seis medidas a implementar:
El Centro Jonhs Hopkins para la Seguridad de la Salud manifestó que era necesario “desarrollar la capacidad de producir nuevas vacunas y medicamentos para nuevos patógenos en meses, no años”.
Además de fortalecer “un sistema de seguridad sanitaria mundial fuerte y sostenible” y, a su vez, particularmente en Estados Unidos, “construir un sistema nacional de salud pública robusto y altamente capaz, que pueda manejar los desafíos de la respuesta ante una pandemia”.
De igual manera, se mencionó la impulsión del desarrollo de “un plan nacional para aprovechar de manera efectiva los activos de atención médica de los Estados Unidos en una pandemia catastrófica” y “asegurar que la comunidad de seguridad nacional esté bien preparada para prevenir, detectar y responder a emergencias de enfermedades infecciosas”.
Y en cuanto a la comunidad internacional, se recomendó “implementar una estrategia para abordar la investigación que aumenta los riesgos de pandemia”.
De pronto, no se sabe si los diversos países, y particularmente Estados Unidos, pusieron en marcha algunas de las recomendaciones hechas por el estudio realizado por la Universidad Johns Hopkins.
Actualmente, dicho organismo ha recogido, recopilado y difundido las cifras ligadas a la propagación de la pandemia por coronavirus; tanto a nivel de contagios y muertes que se han registrado en los países del mundo por COVID-19.