Intentó hacer una broma y salió mal.
El 1 de marzo de 2019 en un supermercado de Asunción, en Paraguay, la víctima se encontraba colocando carteles de las ofertas del día. Subió a una escalera y estaba más o menos a tres metros de altura cuando pasó lo peor.
“Montoya puso debajo de mí un palo de escoba de metal sin que yo me dé cuenta y me resbalé, caí y me entró. Seguro se quería hacer el chistoso. Este tipo de bromas son normales en el trabajo, pero yo no jugaba con ellos, yo ya soy grande”, señaló la víctima durante el juicio, según publicó Extra.
“Me bajé, me saqué la escoba, me fui corriendo luego, no podía aguantar más el dolor, me caí y me desmayé ahí mismo. Traspasó mi pantalón. Luego me llevaron a IPS. Fui intervenido más de cuatro veces”, agregó el trabajador.
El palo metálico de la escoba le perforó el intestino y la vejiga, según detalló en los tribunales la doctora que lo atendió.
Por este hecho el Tribunal resolvió el pasado lunes condenar a Carlos Montoya a dos años de cárcel con suspensión de la condena, es decir, el acusado tiene que cumplir algunos requisitos para evitar ir a prisión. El fiscal del caso pedía cinco años.
“Es el único juicio en el que pedí que el testigo muestre su herida, él anda con faja y está aún teniendo desprendimientos hasta ahora en la parte del intestino”, comentó el fiscal al citado medio.
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Agregó que, aunque esperaba una sentencia mayor, las probabilidades de que el acusado cumpla una condena más alta eran improbables debido a que no hubo intención.
“Ahora la víctima va a demandar en lo civil y eso ya me consta. Ahí tendrá oportunidad de acceder al resarcimiento económico”, detalló el fiscal.
Según la víctima, los gastos de sus operaciones ascienden a 60 millones de guaraníes paraguayos, alrededor de 6.775.286 pesos chilenos, y todavía falta una última intervención.