"Un mundo de fantasía": hallan 13.000 objetos de enigmática civilización china
Las últimas excavaciones desarrolladas en el yacimiento de Sanxingdui, en el suroeste de China, han revelado un sinfín de tesoros arqueológicos que permitirán profundizar en el conocimiento sobre el enigmático Reino Shu, que se remonta entre 4.500 y 3.000 años atrás.
Objetos de metales preciosos como oro y jade, además dediez piezas de bronce "únicas", son algunos de los hallazgos de un equipo de arqueólogos formado por expertos de instituciones y universidades de Sichuan y Pekín que trabajan en seis "fosas de sacrificio" de este lugar desde hace dos años, según la agencia oficial Xinhua.
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Los nuevos descubrimientos elevan el número de hallazgos del proyecto a casi 13.000, entre ellos figuras, campanas y una ornamentada caja de bronce con un objeto de jade verde en su interior y cuyas asas tienen forma de cabeza de dragón.
"No es una exageración afirmar que la vasija es única debido a su forma, la delicadeza de su artesanía y su ingenioso diseño. Aunque no sabemos para qué se usaba, podemos dar por hecho que era un objeto muy valorado", afirmó Li Haichao, profesor de la Universidad de Sichuan.
En otra de las fosas los arqueólogos desenterraron cabezas de bronce con máscaras de oro, una escultura de bronce con cabeza humana y cuerpo de serpiente, un altar de bronce y otras criaturas míticas hechas de ese material, como un dragón con nariz de cerdo.
"Mundo de fantasía"
Según el profesor de la Universidad de Pekín Zhao Hao, otro de los miembros del equipo, "las esculturas son muy complejas e imaginativas, lo que refleja el mundo de fantasía que imaginaban aquellas personas y demuestra la diversidad y riqueza de la civilización china".
En los alrededores de las fosas los arqueólogos también encontraron restos de cenizas, cimientos de antiguas construcciones y vestigios de bambú, soja, juncos, ganado y jabalíes que pudieron ser sacrificados en aquella época.
Las ruinas de Sanxingdui, descubiertas en los años 20 del siglo pasado y consideradas uno de los grandes hallazgos arqueológicos de esta era, se extienden en un área de doce kilómetros cuadrados en la cuenca del río Yangtze.