La policía británica tuvo que disculparse y pagar una compensación sustancial a un hombre que fue engendrado por un oficial de policía encubierto que estableció una relación a largo plazo con su madre en la década de 1980 para espiar a los activistas políticos.
La policía tuvo que pagar unos 460 millones de pesos chilenos luego que el hombre denunciara que sufrió daños psiquiátricos luego de descubrir, a la edad de 26 años, que su padre no era el manifestante de izquierda comprometido que le habían hecho creer.
Según recoge The Guardian, el padre abandonó al denunciante cuando era un niño de dos años y que había engañado a su madre para mantener una relación íntima como parte de una operación para infiltrarse en grupos ambientalistas y de derechos de los animales.
El hombre envió a la Policía Metropolitana una lista de preguntas sobre la operación en la que participó su padre, pero el organismo "logró eludirlas y concluyó el caso pagándole daños sustanciales y disculpándose".
Se conoce que al menos dos policías más, que actuaban infiltrados en grupos de activistas, tuvieron hijos con mujeres que espiaban, lo que será investigado a partir de noviembre.
Los policías utilizaron la identidad de niños muertos en décadas anteriores para hacerse pasar por militantes de diversos grupos políticos.