Ucrania asegura que la amenaza rusa en Járkov está en retroceso
"Los ocupantes son expulsados gradualmente de Járkov", aseguró el presidente Volodimir Zelenski en un video.
"Agradezco a todos nuestros combatientes que se mantienen firmes y muestran una fuerza sobrehumana para expulsar al ejército invasor", agregó.
"Las localidades de Cherkasy Tychky, Rusky Tychky, Rubijne y Bayrak fueron liberadas" en la región de Járkov, este, indicó el estado mayor ucraniano en Facebook.
"Así, el enemigo fue alejado aún más de Járkov y los ocupantes tuvieron aún menos oportunidades de atacar ese centro regional", añadió.
Pero "la intensidad de los bombardeos en el distrito de Járkov ha aumentado", aclaró.
Además, según Oleg Snegubov, jefe de la administración regional de Járkov, "al retirarse, los ocupantes rusos dejan atrás trampas mortales", en referencia a las minas.
Los distritos norte y noreste de Járkov, que tenían unos 1,5 millones de habitantes antes de la guerra, llevan semanas bombardeados por cohetes rusos que han causado muertes de civiles.
A febrero los rusos intentaron tomar la ciudad pero fue en vano: las fuerzas ucranianas resistieron y les hicieron retroceder varios kilómetros con duros combates.
El Instituto Para el Estudio de la Guerra de Estados Unidos (ISW) apuntó a fines de la semana pasada que, en esta parte oriental del país, el ejército ucraniano "ha tenido progresos significativos y probablemente avanzará hasta la frontera rusa en los próximos días o semanas".
Esto también parece confirmar la tendencia que ha surgido en el frente oriental durante este tercer mes de invasión rusa: de un lado, las unidades ucranianas contraatacan y avanzan al este de Járkov, mientras del otro, los rusos mordisquean poco a poco el terreno a unos 150 km al sureste del avance ucraniano, hacia la zona de Donbás que aún no está bajo control ruso o separatista prorruso.
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La cuestión de Transnistria
La "segunda fase" de "la operación militar especial" anunciada por Moscú planteaba la toma total del Donbás, y los combates son especialmente intensos en la región de Lugansk.
Pero la atención se centra también en el suroeste del país. El presidente ruso Vladimir Putin quiere "extender" el conflicto a Transnistria, la región de Moldavia que se separó en 1990, dijo el martes la jefa de la inteligencia estadounidense, Avril Haines.
El 22 de abril, un general ruso, Rustam Minnekaiev, argumentó que "el control del sur de Ucrania es también un corredor hacia Transnistria, donde también hay casos de opresión de la población de habla rusa".
La defensa de los rusófonos es una de las justificaciones de la guerra actual.
Además de Crimea, anexionada en 2014, las fuerzas rusas ocupan una gran parte del sur de Ucrania, en particular la capital regional de Jersón.
Según el comando ucraniano en el sur, las tropas rusas están golpeando "sin piedad" la región de Mykolaiv, que representa la última barrera antes de Odesa, en el oeste.
"Las casas privadas e instalaciones agrícolas sufrieron daños y el fluido eléctrico de una de las localidades fue interrumpido", afirmó el comando la noche del martes.
Odesa, un importante centro cultural para ucranianos y rusos, ha sido golpeada esporádicamente por misiles rusos desde el inicio del conflicto. Esta ciudad portuaria rusohablante recibió el lunes la visita sorpresa del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Cerca de Odesa, "la presión psicológica sobre la población vecina de Transnistria", con "el posible bloqueo de la región debido a la inutilización del puente de Dniestr, que fue nuevamente atacado por misiles", aseguró el comando ucraniano en el sur del país.
A finales de abril y comienzos de mayo, explosiones sacudieron Transnistria, donde hay tropas rusas desde hace unos 30 años.
Rusia aseguró estar "alarmada" por estos "actos terroristas" y dijo que sigue la situación de cerca.
Por su parte, la Unión Europea (UE) anunció el 4 de mayo que "aumentaría considerablemente" su ayuda militar a Moldavia. El pequeño país, que no es miembro de la OTAN, recibió también apoyo de París y Berlín.
Ayuda militar estadounidense
En el sureste, las fuerzas rusas volvieron a bombardear la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariúpol, donde siguen atrincherados decenas de ucranianos, soldados y civiles.
"Decenas de ataques", "cada hora", escribió en Telegram Petro Andriushchenko, vicealcalde de esta ciudad portuaria tomada por los rusos y casi completamente destruida.
La jefa de inteligencia estadounidense también dijo que Putin cuenta con que el apoyo occidental a Ucrania se está agotando y se prepara para "un conflicto prolongado", por lo cual "probablemente" impondrá ley marcial en Rusia.
Eso podría llevar a una "trayectoria más impredecible y potencialmente una escalada" en los próximos meses, según Haines.
En Kiev, que quedó casi vacía desde el inicio de la invasión rusa, regresaron casi dos tercios de sus 3,5 millones de habitantes, aseguró el martes el alcalde Vitali Klitschko.
Por la noche, Klitschko anunció la muerte del primer presidente de la Ucrania independiente, Leonid Kravchuk (1990-1994), a los 88 años de edad.
El anciano líder volvió a la escena política en 2020 cuando Zelenski le pidió ser uno de los negociadores ucranianos en el diálogo con Rusia sobre el conflicto en Donbás.
Por otro lado, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la noche del martes un paquete de casi 40.000 millones de dólares en ayuda para Ucrania, impulsado por el presidente Joe Biden.
El texto incluye un componente económico y humanitario, así como armas y municiones. Aún debe ser votado próximamente por el Senado antes de ser promulgado por el presidente Biden.
En cuanto a las sanciones contra Rusia, continúan las negociaciones sobre un proyecto de embargo de la UE sobre el petróleo ruso, actualmente bloqueado por Hungría.
Es posible que se llegue a un acuerdo "en una semana", aseguró el martes el secretario francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune.