Ucrania afirmó este sábado que las fuerzas rusas se "retiran rápidamente" del norte del país, mientras que en el sur del país la Cruz Roja se prepara para intentar evacuar a civiles de Mariúpol, ciudad sitiada por Moscú, tras un nueva noche de bombardeos en varias regiones.
Luego de cinco semanas de la campaña militar lanzada el 24 de febrero por Vladimir Putin, que dejó partes de Ucrania en ruinas, Rusia anunció en los últimos días que reduciría los ataques sobre Kiev y la ciudad de Chernígov (norte).
Este sábado, el asesor presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, confirmó que se observa una "rápida retirada" rusa de esas zonas.
"Con la rápida retirada de los rusos de Kiev y Chernígov (...) está bastante claro que Rusia escogió otra táctica prioritaria: retirarse hacia el este y el sur, mantener el control de vastos territorios ocupados y ganar un poderoso punto de apoyo allí", escribió Podoliak en Telegram, retomando la advertencia lanzada por el presidente Volodomir Zelenski sobre una reorganización de las fueras rusas.
El gobernador de la región de Chernígov, Viacheslav Chaus, señaló de su lado que la ciudad del mismo nombre, devastada por combates en las últimas semanas, no sufrió nuevos ataques en la noche del viernes al sábado.
"Les rusos se retiran de la región de Chernígov", afirmó.
El horror de la guerra no ha cesado por tanto en la capital y sus alrededores. Un fotógrafo ucraniano fue hallado muerto cerca de Kiev, anunció este sábado un asesor presidencial.
Además de recuperar el control alrededor de Kiev, las tropas ucranianas avanzaban en la región sureña de Jersón, la única ciudad de importancia que Rusia ha logrado ocupar.
"Ciertamente no podemos evitar usar armas pesadas si queremos liberar el este y Jersón (región del sur) y empujar a los rusos lo más lejos posible", indicó Podoliak.
Fracasó corredor humanitario en Mariúpol: Rusia acusa a Ucrania del primer ataque en su territorio
- "Mi ciudad ya no existe" -
Distinta es la situación en el estratégico puerto de Mariúpol, en el Mar de Azov, en el sur del país, que se encuentra sitiado y en donde las condiciones humanitarias son catastróficas.
Mariúpol ha soportado semanas de feroz bombardeo ruso, con al menos 5.000 habitantes muertos según las autoridades locales, y las 160.000 personas que se calcula permanecen allí sufren de escasez de alimento, agua y electricidad.
"Hemos logrado rescatar a 6.266 personas, incluyendo a 3.071 de Mariúpol", declaró el presidente ucraniano Volodimir Zelenski en un mensaje por video la mañana del sábado.
A su vez, la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk indicó el viernes que 42 autobuses con pobladores de Mariúpol partieron de Berdiansk, 70 km al suroeste, mientras otros 12 salieron de Melitopol con habitantes locales.
Decenas de buses con pobladores que huyeron de la devastación en Mariúpol llegaron el viernes a Zaporiyia, unos 200 km al noroeste, según un periodista de AFP en el sitio.
"Lloramos cuando llegamos a esta zona. Lloramos cuando vimos a los soldados en el puesto de control con emblemas ucranianos en los brazos", contó Olena, quien cargaba a su pequeña hija en brazos.
"Mi casa fue destruida, la vi en fotos. Nuestra ciudad ya no existe", agregó.
La Cruz Roja internacional anunció que realizaría el sábado otro esfuerzo de evacuación en Mariúpol, tras uno fallido el viernes cuando "las condiciones hicieron imposible proceder".
El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humaniarios, el británico Martin Griffiths, estará en Moscú el domingo para obtener un "alto el fuego humanitario" en Ucrania, anunció el viernes el jefe de Naciones Unidas.
Según la ONU, más de 4 millones de refugiados han huido de Ucrania desde la invasión rusa.
Este sábado, de visita en Malta, el papa Francisco pidió "respuestas amplias y compartidas" a la "creciente emergencia migratoria".
"La expansión de la emergencia migratoria —pensemos en los refugiados de la martirizada Ucrania— exige respuestas amplias y compartidas. No pueden cargar con todo el problema sólo algunos países, mientras otros permanecen indiferentes", manifestó el papa durante un discurso en el palacio presidencial de La Valeta.