AFP
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump mantuvo este miércoles un encuentro en la Casa Blanca con el líder palestino Mahmud Abbas, quien expresó su esperanza de un acuerdo de paz con Israel durante el actual gobierno estadounidense.
"Bajo su liderazgo y su valiente gestión, además de su sabiduría y su gran habilidad negociadora, creo que con la gracia de Dios y sus esfuerzos podemos ser socios verdaderos para alcanzar un histórico acuerdo de paz", dijo Abbas a Trump.
En respuesta, el mandatario estadounidense expresó que deseaba "apoyarlo a que sea usted el líder palestino que firme el acuerdo de paz final y más importante, que traiga seguridad, estabilidad y prosperidad a los dos pueblos y a la región".
El presidente estadounidense dijo estar "comprometido" a seguir trabajando con israelíes y palestinos para alcanzar un acuerdo, pero puntualizó que ese entendimiento "no puede ser impuesto por Estados Unidos o cualquier otra nación".
Israelíes y palestinos deben trabajar por ese acuerdo. "Me gustaría ser un mediador, un árbitro o un facilitador" de la paz, dijo Trump, para apuntar que "la lograremos".
Trump recibió a Abbas en los jardines de la Casa Blanca e inmediatamente los dos mandatarios ofrecieron una declaración conjunta antes de compartir un almuerzo de trabajo junto con sus respectivos equipos.
En la agenda estaban previstas discusiones sobre formas de relanzar un proceso de paz entre israelíes y palestinos pero también puntos de la agenda bilateral, como la cooperación para la creación de empleos, seguridad regional y políticas "contra el terrorismo".
Cambio de rumbo
La visita de Abbas a la Casa Blanca ocurre poco más de dos meses después de que Trump recibiera en el mismo recinto al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
En aquel encuentro, Trump generó una oleada global de reacciones al desmarcarse de la tradicional posición de Washington de apoyar una solución de dos Estados para poner fin al conflicto entre israelíes y palestinos.
"Por mucho tiempo pensé que la solución de dos Estados era la más fácil. Pero, honestamente, si Israel y los palestinos están felices, yo estoy feliz con lo que ellos prefieran", había dicho Trump en esa oportunidad.
La declaración marcó una ruptura clara con una política que Washington había seguido durante décadas.
Además, ya en la campaña electoral del año pasado Trump sugirió la posibilidad de retirar la embajada estadounidense de Tel Aviv para trasladarla a Jerusalén, una idea que de inmediato fue condenada por los palestinos.
Durante las sesiones en el Senado para su confirmación, el embajador escogido por Trump para representar a Estados Unidos ante Israel, David Friedman, defendió el traslado de la embajada a "la capital eterna de Israel, Jerusalén".
El propio Friedman ya participó en la financiación de asentamientos israelíes en territorios palestinos, pero igualmente fue confirmado por el Senado a fines de marzo.
El vicepresidente Mike Pence dijo el martes que Trump seguía "considerando seriamente trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén".
Presionar a Israel
Al mismo tiempo, Trump ha instado a Israel a detener la construcción de asentamientos en Cisjordania, una preocupación de larga data de los palestinos y de parte de la comunidad internacional.
Pence declaró que Trump está "personalmente comprometido en resolver el conflicto de israelíes y palestinos" y se está logrando un "avance valioso".
"El impulso está haciéndose y la voluntad está creciendo", dijo Pence en un acto por el día de la Independencia de Israel en la Casa Blanca.
En Qatar, donde reside, el jefe del movimiento islamista palestino Hamas, Jaled Mechaal, afirmó que Trump tenía "una ocasión histórica para presionar a Israel (...) para encontrar una solución equitativa para el pueblo palestino".
Hamas modificó este lunes por primera vez su programa político, aceptando un Estado palestino limitado a las fronteras de 1967.
Abbas es impopular entre los palestinos: las encuestas muestran que una mayoría de ellos quiere que el mandatario de 82 años renuncie.
El líder palestino confía en que Trump presione a Israel para que haga concesiones que estima necesarias para salvar la solución de los dos estados, en uno de los conflictos más antiguos del mundo.