Trump rechaza cambiar nombres de bases que rinden homenaje a generales proesclavitud
El presidente Donald Trump dijo este miércoles que se opone categóricamente a la idea de renombrar las bases militares que hacen honor a generales sureños proesclavistas de la Guerra de Secesión, una posibilidad manejada por el Pentágono en medio de la oleada de protestas antirracistas en Estados Unidos.
"Se ha sugerido que deberíamos renombrar tantas como diez de nuestras Legendarias Bases Militares", escribió Trump en Twitter.
El inquilino de la Casa Blanca dijo que esas bases forman parte de la "herencia estadounidense" y que su administración "ni siquiera considerará" modificar sus denominaciones. "Respeten a nuestras Fuerzas Armadas", concluyó.
Los pedidos para renombrar estas instalaciones militares han cobrado impulso tras las multitudinarias protestas a lo largo y ancho de Estados Unidos por la muerte del afroestadounidense George Floyd, a manos de un policía blanco de Minneapolis, que han reabierto el debate sobre el pasado esclavista de Estados Unidos.
El martes, el Pentágono dijo que tanto el Secretario de Defensa, Mark Esper, como el Secretario del Ejército, Ryan McCarthy, estaban dispuestos a estudiar la propuesta.
Esper y McCarthy "están abiertos a una discusión bipartidista", dijo el Pentágono, lo que requiere un consenso en el Congreso entre los demócratas, que claman por la retirada de esos nombres, y los reticentes republicanos.
La Armada estadounidense, por su parte, anunció la prohibición de las banderas de la Confederación, que aún gozan de popularidad en estados sureños, en todos sus navíos y dependencias.
Diez bases cuestionadas
Una decena de bases militares de Estados Unidos llevan los nombres de generales del sur, el bando que perdió la Guerra de Secesión (1861-1865) y que defendía preservar la esclavitud.
Las bases están ubicadas en el sur e incluyen Fort Bragg, en Carolina del Norte, la mayor del país; Ford Hood, en Texas; y Fort Benning, en Georgia, establecimientos donde se entrenan reclutas.
El reclamo de los movimientos antirracistas también ha puesto el foco en estatuas de héroes sureños de la Guerra de Secesión, la bandera de la Confederación y, más recientemente, los monumentos dedicadas a Cristóbal Colón, por abrir las Américas a la colonización europea.
Una estatua del navegante genovés fue decapitada en Boston, informó la policía el miércoles. Otra fue derribada en Virginia.
El miércoles, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que 11 estatuas de soldados y oficiales de la Confederación deberían ser retiradas del Capitolio, sede del Congreso estadounidense.
"Monumentos a hombres que defendían la crueldad y la barbarie para conseguir semejante fin llanamente racista resultan una afrenta grotesca" a los ideales de la democracia y la libertad estadounidenses, escribió Pelosi a un comité integrado por demócratas y republicanos.
"Sus estatuas le tributan homenaje al odio, no a la herencia", agregó Pelosi. "Deben ser retiradas".
El destacado general retirado David Petraeus escribió en la revista The Atlantic: "La ironía de entrenar en bases nombradas para quienes tomaron las armas contra Estados Unidos y por el derecho a esclavizar a otro es ineludible para cualquiera que preste atención".
"La mayoría de los generales confederados por los que se ha nombrado a nuestras bases eran comandantes, cuando no incompetentes, que no se destacaron en el campo de batalla", añadió.