Trump incentiva a republicanos a poner fin al "Obamacare"
AFP
Los senadores estadounidenses se pronunciarán el martes sobre si abren o no los debates acerca de una reforma del sistema de salud creado por Barack Obama, pero su apuesta podría fracasar.
Involucrándose personalmente en el tema, el presidente Donald Trump recibió nuevamente este lunes en la Casa Blanca a una veintena de "víctimas" del Obamacare, un sistema del cual enumeró una a una sus consecuencias negativas. Obamacare "es la muerte", dijo.
El presidente la emprendió directamente contra cinco senadores republicanos que se oponen a su proyecto al considerarlo demasiado duro por los recortes presupuestales que supone, que afectarían a los más pobres.
"Cada senador que vote en contra (del proyecto de ley del Ejecutivo) dice a Estados Unidos que la pesadilla (del Obamacare) es aceptable", tuiteó el lunes.
"Los republicanos tienen una última oportunidad para hacer lo correcto y derogar y reemplazar (Obamacare), después de años de hablar y hacer campaña sobre esto", agregó.
Pero la aritmética del Senado es implacable. De los 52 miembros de la mayoría republicana, tres declararon la semana pasada que iban a votar "no" a la moción para proceder a iniciar el debate del proyecto, ya que ningún texto puede ser examinado sin un primer voto que autorice la apertura de las discusiones.
El senador republicano John McCain, ausente hasta ahora por razones de salud, acudirá el martes al Senado para estar en la votación.
McCain había dicho en el pasado que probablemente votaría a favor de la moción para habilitar el procedimiento, pero no se pronunció sobre el fondo del tema.
Como los 48 demócratas de la oposición votarán en contra, los republicanos sólo pueden permitirse dos defecciones. El vicepresidente, según la constitución, podría aportar el voto 51 en caso de empate 50-50.
Una vez que el texto esté en la agenda, los senadores podrán depositar las enmiendas y reescribir toda la ley para "reemplazar" la reforma sanitaria de Obama.
Las negociaciones se desarrollan intensamente entre bambalinas con senadoras que anunciaron que bloquearían la iniciativa presidencial.
Una de ellas, Shelley Moore Capito, recibía este lunes a Trump en su estado de Virginia Occidental, uno de los más pobres del país, cuyos habitantes figuran entre los que más tienen que perder de una derogación del Obamacare.