El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Filipinas, Rodrigo Duterte, destacaron este martes la importancia de preservar la vida y los derechos humanos, pero evitaron poner objeciones a la violenta "guerra antidroga" en el país asiático.
"Las dos partes subrayaron que los derechos humanos y la dignidad de la vida humana son esenciales y acordaron seguir priorizando los derechos humanos en sus planes nacionales", dijeron en un comunicado conjunto emitido un día después de su reunión bilateral en Manila.
En el encuentro del domingo Duterte presentó a Trump los logros de su campaña antidroga que, según cifras oficiales ha causado 6.000 muertos -más de 7.000 según otras estimaciones-, 4.000 de ellos a manos de la policía, y ha reducido el crimen en más de un tercio en un año y cuatro meses.
El comunicado mencionó en uno de sus 14 puntos esta lucha contra la droga al exponer que ambos líderes "reconocieron que el uso de drogas ilegales es un problema que afecta a ambos países y acordaron compartir las mejores prácticas" en prevención, investigación y rehabilitación.
Anteriormente, el portavoz de Duterte, Harry Roques, había declarado que la cuestión de los derechos humanos no se había discutido en la reunión. "No hubo mención alguna de los derechos humanos. No hubo mención alguna de los asesinatos extrajudiciales", afirmó.
Trump sigue en su línea La primera reunión entre Trump y Duterte había generado una gran expectación, ya que varias organizaciones habían exigido al mandatario estadounidense que recriminara al filipino las violaciones de derechos humanos de la "guerra contra las drogas".
Esto se consideraba, sin embargo, poco probable ya que el pasado mayo Trump elogió abiertamente los logros de la sangrienta campaña para atajar el crimen en una conversación telefónica con Duterte.
El encuentro entre ambos, que también estuvo centrado en temas como el Estado Islámico o el comercio, tuvo lugar durante la serie de reuniones de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que termina hoy en Manila.
La cumbre, a la que este martes se suma el paralelo Foro de Asia Oriental, incluye reuniones bilaterales y multilaterales entre EEUU, China, Corea del Sur, Japón, India, la Unión Europea (UE), Rusia, Australia, Nueva Zelanda y la ONU.