Mientras que la desatada actividad de Donald Trump en Twitter genera cada vez más y más críticos, ahora incluso dentro del propio Partido Republicano, que le piden que deje de hacerlo, porque está por debajo de su cargo, el presidente de Estados Unidos hace oídos sordos y mantiene su tónica.
Luego que Corea del Norte afirmara el exitoso lanzamiento de su primer misil intercontinental, que habría recorrido casi mil kilómetros antes de caer en el Mar de Japón, el inquilino de la Casa Blanca utilizó su red social favorita para atacar a Kim Jong-Un en el día que Estados Unidos celebra su independencia.
En dos mensajes consecutivos manifestó que "Corea del Norte ha lanzado otro mísil. Acaso este tipo no tiene nada mejor que hacer", en referencia al líder de Pyongyang y que es hora que China, principal apoyo político de los norcoreanos, "termine con esta tontería de una vez por todas".
La nueva ofensiva de Kim Jong-Un ya encontró respuesta en China, que en conjunto con Rusia publicó un comunicado que pretende bajar la tensión entre Pyongyang y Washington.
Ambos le pidieron que decida voluntariamente "una moratoria de las pruebas nucleares y de los ensayos de misiles balísticos".
El temor de que el conflicto termine por escalar definitivamente, incluso, llevó a Vladimir Putin y Xi Jinping a que le solicitaran a Seúl y Washington "se abstengan de realizar maniobras militares conjuntas a gran escala".
