El presidente de EE.UU., Donald Trump, lanzó este viernes la esperada artillería verbal en contra de Irán y de un acuerdo nuclear que considera como "uno de los peores" de la historia de su país.
"Anuncio que no podemos ni haremos esta certificación", declaró el mandatario en una comparecencia que levantó mucha expectación, y agregó: "No seguiremos por un camino cuyo previsible final es más violencia y terror y la verdadera amenaza de un Irán nuclear", subrayó
La decisión adoptada por el mandatario es que "no certificará" este pacto, porque, a su juicio, Irán no respeta "el espíritu" de este compromiso. Irán “no está cumpliendo con el acuerdo”, aseguró.
Sin embargo, como había adelantado el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerman horas antes, EE.UU. se quedará en el JCPOA (siglas del acuerdo), aunque Trump advirtió en sus declaraciones de este viernes que abandonará el acuerdo nuclear en cualquier momento.
Asimismo, el Presidente de EE.UU. denunció el comportamiento de la "dictadura iraní" en Oriente Medio y afirmó que Teherán es "el principal patrocinador del terrorismo en el mundo".
El presidente también adelantó "duras sanciones" contra los Guardianes de la Revolución, el Ejército de élite iraní.
Aunque no abandone el acuerdo, el giro estratégico de Trump puede abrir un período de incertidumbre al no secundar la posición de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), quien hasta ahora ha confirmado que Teherán cumple sus compromisos.
El pacto -que también suscribieron Francia, Reino Unido, Alemania, Rusia y China- tiene el objetivo de garantizar el carácter exclusivamente civil del programa nuclear iraní.
No certificación
Teóricamente, la decisión de "no certificación" da a los legisladores 60 días para decidir si vuelven a imponer las sanciones levantadas en 2015 en el marco del pacto. Un regreso de las sanciones sellaría, eso sí, el fin del acuerdo.
Los detractores del acuerdo esperan que este nuevo enfoque de Estados Unidos lleve a renegociar el pacto para hacerlo más estricto. Pero París, Berlín y Londres, cuyas empresas volvieron a invertir en Irán, descartan toda posibilidad de reabrir los debates sobre el texto.
Por su parte, los defensores del pacto sostienen que la voluntad de Washington de poner en riesgo un texto que se firmó hace apenas dos años sería un terrible mensaje para Corea del Norte, bajo presión internacional por su programa nuclear y misilístico, que concluiría que es inútil dialogar con Estados Unidos.
"No habría consecuencias más catastróficas para la paz con Corea del Norte que retirarse del acuerdo con Irán", escribió recientemente Ned Price, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional bajo Obama.
El senador demócrata Chris Coons advirtió que una "no certificación" podría ser "malinterpretada" por los aliados de Washington. "Es un periodo de alto riesgo", estimó.