Cuando el 2 de octubre Donald Trump ingresó al Hospital Militar Walter Reed tras haber contraído el SARS-CoV-2, hubo preocupación mundial. El mandatario estadounidense, de 74 años, tenía varios factores de riesgo. Además de la edad, se sumaban el sobrepeso y una vida ajetreada. Sin embargo, jugaba a su favor contar con un equipo médico de altísimo nivel. Y también con tratamientos y prestaciones de altísimo costo, habría que agregar.
La revista Business Insider calculó lo que significó para los contribuyentes todo esto, y concluyó que el tratamiento que recibió Trump, cuyos primeros síntomas fueron fiebre alta, cansancio y bajos niveles de oxígeno en la sangre, tuvo un valor de 650.000 dólares. En Alemania, en promedio, el cuidado y tratamiento de un paciente cuesta 10.700 euros, y en casos que requieren oxigenación, la cifra aumenta a 39.000 euros. En situaciones extremas, cuando la respiración asistida es imprescindible, las cajas aseguradoras podrían llegar a pagar 85.000 euros.
¿Por qué Trump costó tanto más caro? Primero, porque fue trasladado en helicóptero al centro médico. Segundo, porque recibió un tratamiento experimental de la empresa Regeneron, que aún no ha sido aprobado en Estados Unidos. Como no está a la venta, se desconoce su precio, pero tratamientos similares que se usan para el cáncer cuestan 100.000 dólares la dosis. Y según los informes de prensa, Trump recibió tres dosis del cóctel de anticuerpos REGN-COV2. Además, le fueron administradas cantidades de dexametasona (un antiinflamatorio), y del antiviral remdesivir. A eso se suma que le fue suministrado oxígeno, aparte de una serie de exámenes.
Más dinero suma el viaje en helicóptero, que cubrió los 14 kilómetros que separan al hospital de la Casa Blanca. Cada vuelo cuesta 40.000 dólares, pero como Trump viajó junto a otros dos helicópteros, la boleta por ese traslado llegaría a los 240.000 dólares (ida y regreso). En el hospital, en tanto, se alojó en el ala VIP, reservada para jefes de Estado. Allí tenía acceso a una oficina, sala de conferencias y un comedor. Se estima que cada noche cuesta allí 4.000 dólares, y Trump pasó 3: 12.000 dólares en total.
La revista compara estos gastos con lo que invierte la salud pública en el tratamiento del ciudadano promedio y agrega que queda por conocerse el valor que ha tenido para el Estado el costo de tratar a las personas que, eventualmente, fueron contagiadas por el mandatario. Recordemos que Donald Trump es enemigo de las mascarillas y, ahora, también enemigo del principal virólogo de Estados Unidos, Anthony Fauci, a quien calificó de "idiota” recientemente. Por cierto, durante un mitin en Nevada este lunes, el mandatario "advirtió” a sus seguidores que Joe Biden, si gana las presidenciales, "escuchará a los científicos”. Vaya pecado.