AFP
El veterano matador Rodolfo Rodríguez "El Pana", considerado uno de los últimos románticos de la tauromaquia, salió la madrugada del viernes de una complicada cirugía en estado tetrapléjico tras una violenta cornada sufrida el domingo en una plaza del norte de México.
"La vida del maestro sigue en riesgo, pues la situación desde un inicio desde que el toro lo embistió es severamente crítica", dijo a la prensa Jorge Galván Zermeño, el médico que lo atiende en un hospital de Torreón, una localidad del norte de México cercana a Ciudad Lerdo, donde El Pana fue gravemente herido por un toro.
Este longevo matador de 64 años, que a veces toreaba con un puro en la boca, sufrió la fractura de tres vertebras a altura del cuello tras el violento golpe que le propinó su segundo toro de la tarde del domingo, que lo levantó por el aire para luego caer de cabeza sobre el ruedo.
Rodríguez había recibido antes esa misma tarde un fuerte golpe de su primer toro que lo agarró por la espalda, lo hizo caer a la arena y lo arrolló entre sus patas.
Los subalternos que lo vieron en el callejón antes de salir al ruedo para enfrentar al segundo toro dicen que "no se veía bien, preguntaba dónde estaba y no se acordaba de nada", pero aún así quiso salir a torear, relató a la AFP Gustavo Mares Paredes, periodista mexicano especializado en tauromaquia.
"Es muy triste el panorama que le espera a 'El Pana', pero reconozco su decisión, su gran vocación de matador que lo llevó al extremo, hasta la última fue torero", señaló.
"El Pana" conoció tarde el toreo, cuando tenía 28 años, una pasión que abrazó con fuerza convirtiéndolo en su primera época en una figura sobresaliente aunque después fue quedando rezagada por sus provocativas declaraciones fuera de la plaza.
"Criticaba a las grandes figuras del momento y le gustaba decir que él no alternaba con cualquiera", aunque se tratara de toreros importantes, recuerda Mares.
Entre las extravagancias que lo caracterizaban está el brindis que ofreció en 2007 en su última aparición en la monumental Plaza México de la capital dirigido a las mujeres que se dedican a la prostitución, cuando destacó la protección y el abrigo que le dieron en sus momentos de mayor soledad.
Este matador, que también dedicó sus corridas a los toreros que nunca llegaron a la plaza grande, es considerado por los especialistas el "último romántico" de los toreros mexicanos.