Equipos de rescate están buscando un posible superviviente este viernes entre los escombros de un edificio destruido de Beirut, donde un grupo de socorristas chilenos registró latidos de corazón gracias a un escáner, un mes después de la devastadora explosión en la capital libanesa.
El jefe del equipo chileno, Francisco Lermanda, explicó a la prensa el viernes por la tarde que los trabajos de rescate comenzaron después de que los expertos detectaran una respiración lenta bajo los escombros a una profundidad de tres metros.
Pero aún no estaba claro si alguien estaba "vivo o muerto", dijo Lermanda. "Es necesario cavar tres túneles para llegar al lugar" donde se encontraría el posible superviviente, indicó Lermanda.
Es una búsqueda inaudita y cargada de esperanza que se lleva a cabo con las manos y un gran cuidado, conforme los equipos de rescate chilenos y los miembros de la Defensa civil libanesa se acercan al lugar donde podría haber una persona aún con vida, comprobaron fotógrafos de AFP.
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El equipo especializado de los socorristas chilenos, que pertenecen a la unidad Topos Chile, llegó hace pocos días a Beirut y el jueves, gracias a un perro rastreador y escáneres térmicos, detectaron pulsaciones bajo los escombros de un edificio destrozado por la explosión del 4 de agosto, que dejó al menos 191 muertos y 6.500 heridos en la ciudad.
"Hemos retirado los escombros, pero todavía no hallamos nada", declaró a la AFP el director de operaciones de defensa civil, George Abou Moussa. "Tras haber retirado los escombros grandes, realizamos nuevos tests para vigilar el ritmo cardíaco o la respiración, que revelaron un débil ritmo (...) siete latidos por minuto", declaró este viernes Nicolás Saadeh, que coordina las tareas de búsqueda entre el equipo chileno y defensa civil. La víspera, se detectó un ritmo cardíaco de 16 a 18 latidos por minuto.