Una serie de cartas publicadas por el diario británico The Guardian, revelan que el príncipe Carlos influenció a varios ministros –incluido el ex primer ministro Tony Blair- en varios asuntos políticos de su interés, como la agricultura, las fuerzas armadas y la arquitectura.
La publicación de las cartas forma parte de una demanda que sostiene The Guardian contra el príncipe de Inglaterra desde hace más de 10 años, en que el diario pide sacar a la luz las 27 cartas por considerarlas de interés público, bajo la Ley de Libertad de Información.
A pesar del intento del heredero de la corona y del gobierno de Cameron por mantener las cartas bajo llave, a finales de marzo pasado el Tribunal Superior de Justicia británico falló a favor del diario, que este miércoles finalmente publicó las cartas.
Las tropas británicas en Irak
En una de las cartas, dirigida a Tony Blair, Carlos de Inglaterra habla de su preocupación por las fuerzas británicas en Irak por los escasos recursos y por el “deficiente desempeño” de los helicópteros Lynx.
“Temo que esto sea sólo un ejemplo más de cómo nuestras Fuerzas Armadas se les pide un trabajo extremadamente exigente (especialmente en Irak) sin los recursos necesarios”, escribe el hijo de la Reina Isabel II.
La posible publicación de las cartas
El príncipe y Blair discutieron la posibilidad de que estas cartas vieran la luz del día por una solicitud de la Ley de Libertad de Prensa. En una carta a Tony Blair el heredero escribe: "Fue muy agradable verlo el otro día, como siempre, disfruto mucho la oportunidad de hablar con usted de varios asuntos. Amablemente sugirió que sería beneficioso que pusiera estos temas en escrito, ¡pese a la ley de Libertad de Prensa!".
Downing Street invirtió cerca de 550.000 euros en costes legales durante la batalla contra The Guardian. La razón, es que de acuerdo con el Ejecutivo británico las cartas comprometían “la posición de neutralidad política” exigida al heredero al trono.
Preocupación por el medioambiente
En una carta enviada al ministro de Medioambiente, Elliot Morley, en 2004, el príncipe alaba los esfuerzos del gobierno por su lucha contra "la pesca pirata e ilegal".
"Espero que la pesca ilegal de la merluza negra esté en las ubicada arriba de la lista de sus prioridades porque hasta que este intercambio se detenga, poca esperanza hay para los pobres y viejos albatros, por los que seguiré en campaña".
Su percepción sobre sí mismo
El príncipe dijo considerarse a sí mismo como "alguien con visiones anticuadas".
Carlos quería referirse a la "distancia entre la enseñanza del Inglés y de Historia" que identificó en su Escuela de Verano. En una carta al ministro de Educación, Charles Clarke, el príncipe dijo que las escuelas de verano "desafiaban la novedosa forma en que los profesores no deben impartir conocimientos, sino que más bien actuar como "facilitadores" o "entrenadores". "Una noción que a mí mismo me cuesta entender, si debo admitirlo", escribió el príncipe.