El estado de Tennessee en Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que obligará a los conductores ebrios a que paguen la pensión alimenticia de los hijos de sus víctimas.
La medida es conocida como “Ley Ethan, Haile y Bentley”, quienes son los tres hijos de Nicholas Galinger, un policía que murió en 2019 tras ser atropellado por una conductora ebria. La responsable, identificada como Janet Hinds, fue condenada a 11 años de cárcel por el delito.
De acuerdo a la nueva ley: “si un acusado es condenado por homicidio vehicular debido a intoxicación u homicidio vehicular agravado y la víctima del delito era el padre de un niño menor de edad, entonces el tribunal de sentencia debe ordenar al acusado que pague la restitución en forma de pensión alimenticia”.
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Específicamente, el conductor deberá pagar la pensión hasta que cada hijo de la víctima cumpla los 18 años y se haya graduado de la secundaria.
La corte a cargo del juicio será la responsable de determinar la cantidad de dinero que deberá pagar cada imputado, considerando las necesidades financieras del niño, de su tutor sobreviviente y el nivel de vida al que está acostumbrado el menor.