Polémica por la expulsión de una gata callejera de un palacio en Croacia
Dubrovnik, perla del Adriático en Croacia, es escenario de polémica en torno a la suerte de Anastasia, una gata callejera de 17 años, expulsada recientemente de uno de los palacios más bellos de la ciudad medieval.
El felino tricolor, apreciado por los numerosos turistas que visitan la antigua Ragusa, había elegido instalarse bajo los arcos del palacio del rector, una maravilla arquitectónica del siglo XIV.
Primero dentro de un cartón, luego sobre un cojín de terciopelo en un nicho de madera fabricado a finales de marzo por Srdjan Kera -un habitante de Dubrovnik, en el mismo estilo semigótico-semirenacentista que el palacio-. La gata lucía también una placa con su nombre: "Anastasia".
Pero la dirección de los museos de Dubrovnik, que tiene su base en el palacio, exigió la retirada del nicho. Nadie está autorizado a atentar "contra el conjunto único e histórico" que es Dubrovnik, "en particular construyendo refugios o hábitats", declaró en un comunicado.
La decisión suscita acalorados debates en la localidad de 44.000 habitantes.
En las redes sociales se multiplican los llamamientos a proteger al animal, que ya había sido expulsado el año pasado de un refugio improvisado.
"¡Anastasia necesita su casa!. Devuélvanla. Al parecer, las instituciones culturales son administradas por personas sin cultura", lanzó un internauta en Facebook.
En una encuesta en línea realizada por un periódico local, 90% de los 4.500 participantes consideraron que el nicho debía permanecer bajo los arcos del palacio.
"Esta es su casa. Es un solo gato, no hay 70", exclama Srdjan Kera.
Pero el alcalde de Dubrovnik, Mato Frankovic, apoya la decisión de los museos, señalando que la ciudad estaba llena de gatos callejeros y que todos están "bien alimentados".
"Esto muestra cómo esta ciudad convive con los animales. ¿Por qué deberíamos también alojarlos?", comenta.
Mientras tanto, la gata tiene su propia página de Facebook, "Kneginja Anastazija" (princesa Anastasia), y una petición en línea reclamando el regreso de su nicho había recogido casi 12.000 firmas hasta el sábado.