La policía británica arrestó este jueves a Julian Assange, quien llevaba casi 7 años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. El fundador de Wikileaks se enfrenta ahora a una posible extradición a Estados Unidos y a casi 5 años de cárcel en ese país.
Su arresto puso fin a una incómoda y confusa estadía en la embajada del país latinoamericano, que con el paso de los años fue perdiendo la paciencia hasta quitarle el asilo y la nacionalidad ecuatoriana al australiano de 47 años.
Un narcicista sin higiene personal
Assange tenía una habitación equipada con una cama, una lámpara solar, un teléfono, un computador, una cocina, una ducha, una trotadora, estanterías y un pequeño balcón, indica un artículo de The New York Times que cita a personas familiarizadas con la recámara.
En ella, el programador recibió durante años a diversos admiradores y personalidades famosas, entre ellas Lady Gaga y Pamela Anderson, quien se rumoreaba era su novia y le llevaba sandwiches veganos.
A pesar de todo, el aislamiento de Assange lo estaba carcomiendo por dentro, el programador se sentía profundamente deprimido y se preguntaba si debía irse, dijo uno de sus amigos, que pidió mantener su anonimato. Sus cercanos lo describen como un hombre difícil, un narcisista con una visión sobredimensionada de su importancia y sin interés en asuntos mundanos como la higiene personal.
Heces, skate y fútbol en los pasillos de la embajada
El también periodista y activista recibió el asilo durante el gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien lo consideraba un héroe por haber difundido documentos secretos de Estados Unidos, pero su estadía se terminó tras la llegada al poder de Lenín Moreno, quien lo decribió como un "malcriado" que violó "reiteradamente convenciones internacionales y el protocolo de convivencia".
El New York Times tuvo acceso a una copia de una carta de 2014 de Juan Falconí Puig, embajador de Ecuador en el Reino Unido de aquella época, al Ministerio de Relaciones Exteriores. La misiva describía la escalada de tensiones entre los diplomáticos y Assange por su comportamiento en la embajada.
Una de las principales preocupaciones del diplomático era la afición de Assange por andar en patineta y jugar fútbol con los visitantes. Sus paseos en skate, según Falconí, “dañaban pisos, paredes y puertas”.
El embajador agregaba que los juegos de fútbol habían destruido el equipamiento de la embajada, y que cuando un agente de seguridad detuvo el juego y se llevó la pelota, Assange “comenzó a temblar, a insultar y a empujar al agente”, mientras pedía que le devolvieran el balón, y que cuando eso ocurrió luego se lo lanzó al guardia.
Según la misiva, en otra ocasión el australiano “golpeó violentamente la puerta de la sala de control de la embajada” y exigió de manera “amenazadora” que uno de los guardias saliera a hablar con él. Cuando los guardias salieron fueron acosados por Assange, quien les gritó y los empujó.
Por su parte, según indica El Comercio, el presidente Lenín Moreno dijo en un acto público en Ecuador que Assange "ha puesto heces fecales en nuestra casa, ha golpeado a nuestros guardias, a la gente de Ecuador, ha dicho que el Ecuador es -no quiero repetirles la palabra- pero además que es un país insignificante en el mundo, eso es lo que éramos para él".
Hackeando a Ecuador desde dentro
Pero no solo fueron las acciones del activista en los pasillos de la embajada y su mala relación con los funcionarios las que colmaron la paciencia de Lenín Moreno, sino también lo que ocurría dentro de su habitación, donde Assange demostraba sus habilidades informáticas.
Moreno, elegido en 2017, acusó a Assange de haber instalado “equipos electrónicos y de distorsión” prohibidos, de acceder a los archivos de seguridad de la embajada sin permiso y de bloquear las cámaras de seguridad.
En marzo de 2018, el gobierno de Ecuador le cortó su acceso a internet y dijo que había violado un acuerdo para dejar de comentar o intentar influir en la política de otros países. Ecuador también limitó sus visitas y le exigió que limpiara su baño y cuidara de su gato.
Poco después, una filtración reciente de documentos relacionados con Moreno, que el gobierno atribuyó a WikiLeaks, molestó aún más a los funcionarios. Se trató de un conjunto de correos electrónicos, mensajes de texto y fotos que mostraban la vida extravagante del mandatario y su familia.
Los documentos, publicados por primera vez por un sitio de noticias ecuatoriano independiente, mostraban cenas lujosas, relojes caros y viajes alrededor del mundo.
También se divulgaron mensajes de texto entre la esposa del presidente y sus amigos, a quienes les contaba sobre los viajes familiares a Suiza y Nueva York. Además se difundieron fotos privadas de Moreno, incluída una en una cama de un lujoso hotel comiendo langosta. WikiLeaks negó haber participado en las filtraciones, aunque difundió la historia en su cuenta de Twitter.