La madera de un vasto bosque sumergido en el agua en Ghana podría usarse para reconstruir la catedral de Notre Dame, cuya famosa torre de aguja y techo fueron consumidos por las llamas durante un incendio en abril.
Cuando en 1965 la construcción de la presa Akosombo de Ghana inundó parte de la cuenca del río Volta, grandes árboles tropicales quedaron sumergidos.
Ahora Kete Krachi Timber Recovery, una compañía ghanesa que tiene permiso gubernamental para aprovechar esta madera, cree que usarla para reconstruir la famosa catedral sería más amigable con el medio ambiente que si se cortan árboles nuevos.
La compañía argumenta que esta madera es "mucho más fuerte" que el resto, porque ha sido preservada de la descomposición por las condiciones pantanosas del lago y ha comenzado a fosilizarse.
Mientras que algunos expertos han descrito la propuesta como una "solución genial", otros advierten que podría tener consecuencias desastrosas para el ecosistema.
La compañía ha presentado su propuesta al gobierno francés, argumentando que el uso de la madera del lago Volta ayudaría a restaurar Notre Dame a su estado original.
Negociaciones con el gobierno francés
Se estima que 1.300 árboles, principalmente robles, se talaron en el siglo XII para construir el emblemático marco y la aguja de la icónica edificación parisina.
El área deforestada abarcó 52 acres, el equivalente a 26 campos de fútbol.
De acuerdo con Bertrand de Feydeau, vicepresidente del grupo francés de preservación Fondation du Patrimoine, Francia ya no tiene robles gigantes del mismo tamaño y madurez que se utilizaron para construir la estructura original.
Francis Kalitsi, presidente y cofundador de Kete Krachi, concuerda. "No creemos que todavía tengan robles en esas cantidades como para construir catedrales", dice.
"Sin embargo, debajo del lago yacen maderas duras africanas que son similares a los robles: su densidad puede variar de 650 kg a 900 kg por metro cúbico. Son maderas estructurales que podrían tener utilidad en la reconstrucción".
Krachi ya aprovecha la madera submarina utilizando una maquinaria operada de forma remota, guiada por video, sonar y navegación GPS. La mayor parte de esta madera es exportada a Europa y parte a Sudáfrica, Asia y Oriente Medio.
La compañía dice que, si se contratan sus servicios, podría vender US$50 millones en madera al gobierno francés. Su propuesta ya ha sido reconocida por el ministerio de cultura del país europeo.
Jérémie Patrier-Leitus, de este ministerio, le dice a la BBC: "En este momento no sabemos si el marco será reconstruido en madera. Estamos en el proceso de asegurar el monumento, y luego tendremos que reconstruir la bóveda y la aguja.
"La reconstrucción comenzará una vez que la estructura del monumento se estabilice y conserve. Estudiaremos las diferentes ofertas una vez que hayamos confirmado el material que será empleado para reconstruir el marco", abunda.
Notre Dame antes de los incendios
Una madera más perdurable
Cathy Oakes, especialista en arquitectura e iconografía medieval francesa e inglesa de la Universidad de Oxford, comentó que la madera del lago Volta podría ser similar al "roble de pantano", que fue ampliamente utilizado en construcciones y muebles medievales, aunque no en la Notre Dame original.
"El roble común ha estado expuesto al agua de manera similar durante un largo período de tiempo, por lo que es más fuerte y duradero", dijo en declaraciones antes de su muerte este verano.
La escasez de oxígeno y las condiciones ácidas de las turberas y las cuencas fluviales ayudan a preservar los troncos de los árboles de la descomposición. Así, la madera comienza a fosilizarse, lo que la hace significativamente más fuerte.
Andrew Waugh, director de la firma de arquitectura sostenible Waugh Thistleton Architects, con sede en Londres, asegura que usar madera africana como el iroko del lago Volta podría ser una "solución genial".
"Parece ser una excelente manera de resolver un problema y ayudar a una economía que es más pobre", dice.
"Iroko es una madera increíblemente duradera y resistente. Es muy estable. A menos que haya algún problema con la descomposición por sacarla del agua, se podría decir que sería una gran madera con la qué trabajar".
Impacto medioambiental
Sin embargo, se han planteado preocupaciones sobre el posible impacto negativo que la extracción de madera del lago Volta podría tener en el ecosistema local.
Un informe en la revista Environmental Health Perspectives dijo que sacar árboles de los cauces de los lagos puede contaminar el agua con sedimentos, bloqueando así la luz que necesitan los organismos acuáticos para sobrevivir.
Los árboles también proporcionan un hábitat para peces y otros animales salvajes. Desarraigarlos podría alterar la ecología del lago, amenazando así la industria pesquera de Ghana, que constituye un salvavidas para unas 300.000 familias de pescadores.
Stephen Anani, oficial de proyectos de la ONG local Friends of the Nation, comenta a la BBC que la eliminación de los árboles sumergidos había provocado una "fuerte disminución" en la cantidad de peces en el lago Volta, pues estos tienden a reproducirse alrededor de los troncos.
"Se está destruyendo el hábitat donde los peces ponen sus huevos", dijo. "Algunos de estos ahora están en peligro. Si hablas con los pescadores del lago, los escucharás quejarse amargamente".
También se han planteado preguntas sobre la huella de carbono asociada con la extracción de la madera y su transporte desde Ghana hasta Francia.
Según el tercer estudio de gases de efecto invernadero de la Organización Marítima Internacional, el transporte marítimo emite alrededor de 940 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año y representa aproximadamente el 2,5% de los gases de efecto invernadero en el mundo.
John Recha, un científico del clima que trabaja en el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional, con sede en Nairobi, dice que sacar la madera y transportarla a Francia podría dejar una huella de carbono "significativa".
"Un barco generalmente usa mucho combustible", dice a la BBC. "La maquinaria utilizada en mares, océanos y lagos también suele ser más compleja y requiere más combustibles fósiles, que emiten carbono a la atmósfera".
Importancia simbólica
Kete Krachi sostiene, sin embargo, que los niveles de emisión relacionados con la recuperación de la madera del lago son "mucho más bajos" en comparación con las emisiones de la tala de árboles que están en tierra.
"La mayor parte del consumo de combustible en la tala de árboles está en el transporte de troncos, y el transporte acuático es más eficiente energéticamente que el transporte terrestre", dice Kalitsi.
Tristan Smith, experto en energía y transporte marítimo del Instituto de Energía del University College London, está de acuerdo en que el transporte marítimo se considera normalmente más eficiente en términos de emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, advirtió que la contaminación provocada por este tipo de transporte no ha sido tan estrictamente regulada como otras industrias, por lo que el plan para enviar madera puede no ser tan ecológico como podría suponerse.
"Dependiendo de los detalles de la ruta tomada y los barcos utilizados, las emisiones de gases de efecto invernadero del viaje por mar pueden ser de una magnitud similar a la de los camiones utilizados en cualquier extremo del viaje", dice Smith.
Kete Krachi explica que los barcos que planea usar viajarían a Francia de todos modos en rutas comerciales establecidas, por lo que contribuiría con una cantidad "insignificante" de carbono adicional a la atmósfera.
En última instancia, la compañía cree que su posible participación en la reconstrucción de Notre Dame no solo beneficiaría a la economía de Ghana, sino que tendría una importancia simbólica más amplia.
"Significaría que podríamos desempeñar un papel en una hazaña arquitectónica que es un regalo no solo para Francia, sino para el mundo", dice Kalitsi.
Oakes está de acuerdo.
"Al final, la decisión se tomará basada en aspectos prácticos. Pero pensar que el mundo está siendo invitado a contribuir a la reconstrucción de este edificio es genial".